El detonante ha sido la mala gestión realizada en torno a la construcción del primer crucero de lujo encargado por The Ritz-Carlton Yacht Collection, que ha supuesto la gota que colma el vaso a la deriva que ha tomado en las últimas fechas la histórica firma, con serios problemas financieros. Si hace once meses se celebraba por todo lo alto la botadura de este barco y se aseguraba que todo iba en plazo, ahora la realidad es bien distinta.
Se calcula que su coste puede pasar de los 250 a los 300 millones y que no podrá ser entregado hasta la primavera. Esto ha provocado un gran malestar en la firma hotelera, que ya estaba comercializando los pasajes para su viaje inaugural, previsto para febrero.
Todo ello pone en peligro incluso que el crucero se termine en Barreras, que salvo sorpresa perderá el encargo del segundo barco de este tipo, que había sido confirmado en mayo en una presentación pública en la que estuvieron presentes responsables de Ritz-Carlton, del astillero y de la Xunta de Galicia. Ahora Pemex deberá nombrar nuevo equipo directivo, que deberá lidiar con una posible ampliación de capital o un concurso de acreedores.