Para conseguirlo, la ciudad tuvo que vencer a la lluvia y el viento que imperaron durante todo el día. Ambos quisieron hacer acto de presencia en el instante en el que Abel Caballero pulsó el botón que activó el alumbrado navideño, pero finalmente el tiempo respetó el gran momento.
La lluvia, que cesó poco después de las 20.00 horas, no evitó además que las calles del centro se llenaran de miles de personas desde mucho tiempo antes, llegadas del propio núcleo urbano, de las parroquias o de diferentes lugares de Galicia, España o Portugal.
De esta manera, los vigueses y los cientos de visitantes que se acercaron a la ciudad disfrutaron del encendido. En la Porta do Sol, en Urzaiz, en Policarpo Sanz, en la Gran Vía, en Rosalía de Castro… En cada sitio donde había una figura gigante o una pantalla para seguir el acto.
Además, los que se quedaron en casa lo pudieron seguir por la retransmisión en directo de VIGOÉ y Localia Televigo. Incluso quien no lo hizo en su momento lo podrá ver en algunos de los numerosos medios de comunicación presentes, tanto locales como nacionales.
Así, Vigo ha dado ya el pistoletazo de salida a la Navidad más resplandeciente de su historia y tiene ahora seis semanas por delante para disfrutarla.