Nadie les ha informado sobre el futuro del Nicolás Peña y temen que las tres cuartas partes del centro se cierren definitivamente. Los trabajadores del hospital vigués esperan noticias sobre su futuro. Muchos de ellos ya han tenido que elegir su traslado al Xeral o al Meixoeiro cuando el próximo 1 de julio queden inoperativas 87 de las 117 camas.
Begoña Santos, enfermera de la planta Quinta Larga, ejerce como portavoz para reclamar al Sergas que aclara su destino. «Sabemos que hay un hospital nuevo y somos conscientes de que habrá traslados, no nos encadenamos al Nicolás Peñas, lo único que pedimos es información», señala. La primera evidencia se produjo el pasado 29 de mayo cuando las supervisoras les dijeron que se cerraban tres plantas. Dos semanas después su destino sigue siendo incierto.
En el centro sanitario, trabajan actualmente 36 enfermeras, 39 auxiliares y 9 facultativos, además de celadores, personal de cocina, limpieza y mantenimiento. En función de su antigüedad, serán trasladados este verano al Xeral o al Meixoeiro para cubrir vacaciones y probablemente ya no volverán al Nicolás Peña.
Según aseguran, tan solo permanecerá abierta en verano la unidad de salud mental, que supone apenas el 25 por ciento del total de camas del centro. El comité de empresa teme que la decisión del Sergas tenga relación con la inminente apertura del hospital de Beade-Valladares ya que en la reorganización del área sanitaria prevista el Nicolás Peña tan sólo mantedría la unidad de tuberculosis y otra para enfermos crónicos de Psiquiatría.