Aunque el reinicio de la actividad toma efecto desde el pasado viernes, el personal de la Xestión do Estacionamento Regulado (XER) ha vuelto este miércoles al trabajo con el desprecintado de los parquímetros. Así, los usuarios deberán volver a pagar por aparcar en la vía pública. No obstante, los controladores ya han avisado de que no empezarán a sancionar de forma inmediata, sino que darán tiempo a los conductores para que “se pongan al día”.
El acuerdo alcanzado contempla el pago de 55 de los 118 días de huelga por parte de la empresa y que en la próxima paga de beneficios no se tengan en cuenta las jornadas de paro llevadas a cabo. Además, los sindicatos han pedido garantías de que no haya represalias.
Con todo, el principal punto que desencadenó las protestas, los ocho despidos efectuados en julio, no ha cristalizado del todo. Según explican desde UGT, uno de los trabajadores ya había negociado individualmente su salida y otro será recolocado en el aparcamiento de la plaza de Portugal, que gestiona la misma concesionaria, Dornier, manteniendo sus condiciones laborales.
Mientras, existe la posibilidad de que otros empleados puedan aprovechar una prejubilación y dos bajas voluntarias que aún tendrían que pactarse. Así, “como mal menor” quedarían tres personas en la calle.
En cualquier caso, el comité de empresa advierte de que “el conflicto sigue” porque, aparte de esas negociaciones pendientes, la vía judicial continúa avanzando con el objetivo de que los despidos sean declarados nulos.
“Se abre una negociación que antes no teníamos. A ver a dónde nos lleva. De esta manera conseguimos quitar presión”, valoran fuentes de UGT, que mantienen su esperanza en que el expediente del Concello de Vigo también les ayude en su lucha.