La concejala de Urbanismo, María José Caride, firmó el pasado 1 de febrero la licencia para derribar el edificio. Ese día, Caballero anunció que esta acometida suponía el inicio de la recuperación del Barrio do Cura y que la empresa “puede proceder ya” a iniciar las obras, pero desde entonces nada se ha sabido del asunto.
Ese mismo día, Caballero enfatizó la existencia de ese documento oficial que alerta del posible “colapso” de la estructura, motivo por el cual se había decidido empezar la reforma del barrio con el asilo, del que se conservarán algunos elementos como la fachada de la capilla, que será desmontada y luego recolocada.
Ante este “riesgo”, Fidalgo ha sostenido que “es urgente y necesario que se acometan los trabajos” y también pidió al alcalde de Vigo que “aclare” si, tal y como recoge otro informe de una arquitecta municipal, es necesario disponer de un informe de Patrimonio para sacar adelante la segunda fase de la demolición del edificio.
La superficie sobre la que se prevé actuar asciende a 7.945 metros cuadrados. El derribo requerirá de una inversión de unos 91.000 euros.
Reacción del Concello
Tras estas declaraciones, el Ayuntamiento de Vigo ha comunicado que prevé comenzar la demolición esta misma semana, empezando con “intervenciones puntuales” en las fachadas de las calles Pi y Margall, Llorente o Santa Marta, lo cual generará “una entrada y salida de camiones a la parcela”.
Según concreta el Concello, “el objetivo es hacer lo máximo posible desde el interior de la parcela” y garantizar “la minimización de las molestias sobre la guardería”. Para ello, se dejarán para los fines de semana las tareas “más ruidosas y molestas”.