En ese gran barrio todavía existen casas unifamiliares con fincas y animales como ovejas y gallinas. En otros tiempos mucho más lejanos, anteriores a mediados del pasado siglo XX, existían algunas granjas de ganado que incluso vendían leche a los vecinos. Y todavía existe la famosa fuente de A Seara, cuya salubridad del agua en algunas temporadas no queda garantizada por los análisis, pero que tiene una gran aceptación entre quienes acostumbran a proveerse de agua de las fuentes públicas. En un futuro que no sabemos si próximo o lejano, todos estos terrenos de A Seara se transformarán en calles con enormes edificios y locales comerciales, una nueva zona urbana en el Vigo del siglo XXI.