Una vez tomada la decisión, se espera que el proyecto constructivo pueda estar listo en julio. El gasto final dependerá del traslado del centro de transformación de Fenosa que será necesario acometer. Este trámite ya se ha empezado a gestionar con la compañía. Su desaparición permitirá reordenar las escaleras y aligerará la carga visual de la zona, que pasará de tener unos prominentes muros verticales a un ascensor acristalado y liviano, reduciendo el impacto visual.
Según recoge el informe del anteproyecto, el objetivo final es “conseguir la accesibilidad universal entre el entorno de Fernando el Católico e incluso Vía Norte con la zona de cota más alta, el entorno de San Roque, en crecimiento con el desarrollo que se está ejecutando actualmente en Pizarro”. Ambas zonas están separadas por unos siete metros de altura.
Además, desde la salida superior del ascensor se colocará una pasarela cubierta que salvará el desnivel existente. La cubrición será de vidrio, “acorde con el entorno y con la menor ocupación volumétrica posible”.
La reconstrucción de las escaleras y la zona del desembarco de San Salvador se situará por detrás del límite de la acera existente, de modo que interfieran lo menos posible en los bajos y salidas de garajes existentes en la calle.
La instalación de este ascensor se enmarca dentro del programa Vigo Vertical que viene desarrollando el Concello en los últimos años con proyecto como la construcción de las escaleras mecánicas de Porta do Sol o con el ascensor de Camelias.
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