Según los organizadores, la operación se realizó en tiempo récord y transcurrió con absoluta orden y normalidad. Muchos de los usuarios salieron al exterior de las instalaciones de Barreiro, en la parroquia de Lavadores, en bañador ya que cuando saltó la alarma de incendios, a las 11:00, se encontraban en la piscina o en el spa. Por su parte, los niños participantes en el campamento de verano se lo tomaron como una actividad lúdica más y salieron con orden acompañados por sus monitores.
En el simulacro fueron movilizados los servicios de la Policía Local, Bomberos y Protección Civil. Miembros de los dos primeros revisaron el edificio y desalojaron a una persona en silla de ruedas. Después, vuelta a la normalidad y en apenas media hora los usuarios estaban de nuevo en el interior disfrutando de las actividades deportivas.