Llamar la atención sobre el problema ambiental que supone la acumulación de 200.000 bidones radiactivos frente a nuestras playas, en el fondo de la Fosa Atlántica, es lo que ha llevado a la organización Ecoloxistas en Acción a simular que unos cuantos aparecían en una playa de Vigo, frente a la Isla de Toralla. Los activistas también han querido así alimentar el debate respecto de la «necesidad de dejar de emplear la energía nuclear».
Con este simulacro, la organización ecologista demanda un cierre ordenado de las centrales nucleares como modo de dejar de producir residuos radiactivos y comenzar a tratar el gran problema de gestionarlos del modo menos dañino.
Este verano una misión científica francesa localizó 3.350 bidones de residuos nucleares que se tiraron en la Fosa Atlántica, a poco más de 500 kilómetros de la costa gallega. Se cree que hay muchos miles más, hasta alcanzar los 200.000.
Ocho países europeos se deshicieron de residuos nucleares de baja y media actividad entre 1949 y 1982, hasta que ecologistas gallegos lo sacaron a la luz pública en 1981, llevando hasta allí, a 700 km de las costas gallegas, a la prensa, e incluso impidiendo el vertido de dos cargueros holandeses.
El problema continúa
Los ecologistas recuerdan que, aunque se declaró una moratoria en 1993, hasta aquel entonces no se prohibió la «escalada internacional de esta barbaridad» de tirar residuos nucleares en el mar.
Con todo, actualmente, asegura Ecoloxistas en Acción, se está vertiendo al mar el agua radiactiva derivada de la catástrofe nuclear de Fukushima. Japón acumula más de un millón de toneladas de agua radiactiva en depósitos que está vertiendo al océano Pacífico desde 2023 y, si no se remedia, seguirá durante décadas.
La ONG subraya que los residuos nucleares deben mantenerse aislados de los seres vivos durante períodos de siglos a centenares de miles de años, pero que no existe una solución que pueda garantizar ese aislamiento durante tanto tiempo, por lo que siempre son un riesgo y abandonarlos en el mar es una completa irresponsabilidad, aunque producirlos también lo es.
Origen
La mayor parte de los residuos radiactivos se deben a las centrales nucleares que producen electricidad. En ellas se produce el 90% del volumen de residuos de baja y media actividad y todos los de alta actividad.
Es una tarea difícil de asumir para el conjunto de la sociedad, pero sobre todo para los partidos políticos que prefieren dejárselo a “los que vengan después”, y por eso exigen que las nucleares sigan funcionando sin trabas, afirma la organización ecologista, según la cual a los políticos no les preocupa que se aumente la cantidad de residuos a gestionar y el riesgo de accidentes por la edad de las centrales.
«Hay que hacer un cierre ordenado de las centrales nucleares. Un plazo de diez años, hasta 2035, es más que suficiente para sustituir la electricidad que están aportando. Dejar de producir residuos radiactivos y comenzar a tratar el gran problema de gestionarlos del modo menos dañino posible debería ser la lección de aquellos vertidos al océano que hoy nos parecen inaceptables, y cuyos daños durante mucho tiempo no quisieron conocerse», afirma Ecoloxistas en Acción.