Los hechos se remontan a 2014, cuando el director ejecutivo de PSA, Carlos Tavares, visitó la factoría viguesa y la CUT organizó una huelga y una manifestación para protestar por el aumento de sueldo del directivo mientras los empleados sufrían “recortes”. Desde el sindicato denunciaron que la multinacional había coartado ese derecho al “amedrentar y coaccionar a los trabajadores para que no la secundaran”.
La CUT ha comunicado públicamente que, en cuanto cobren las cantidades que debe abonar PSA, se las reintegrarán a los huelguistas, sean afiliados o no, por el dinero que les fue descontado en su día. En aquel paro participaron 300 personas, de las cuales 23 se personaron en la demanda. El sindicato ha destacado que ésta es la segunda vez que la planta olívica es condenada “por vulneración de los derechos fundamentales”.