El Día del Trabajador va camino de convertirse en Vigo en el Día del Trabajador Desunido. La manifestación del Primeiro de Maio, símbolo de la lucha de clase y los avances en el campo laboral, ha tomado un rumbo caótico por las calles de la ciudad. La tradicional unión de los sindicatos ha desaparecido y no queda ni rastro de ella. La situación ha llegado hasta un punto que en esta ocasión también hubo enfrentamientos e insultos cuando se cruzaban algunas de las marchas.
A las 11 de la mañana estaba prevista la primera manifestación en Vigo. Convocada por la CUT, CGT, STEG y Prosagap, en su seno también acogían secciones tan importantes como la de Automoción, Xustiza -en huelga desde hace casi tres meses- o el Espazo Vega Feminista.
A la altura de Vía Norte, desde donde media hora después debía de partir la marcha de UGT y CCOO, se produjo el primer enfrentamiento. Al grito de «¡Vendidos!» y «¡Traidores!», los trabajadores de Xustiza recriminaron el pacto que habían alcanzado a sus espaldas con el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda.
Sus diferencias quedarían de manifiesto poco después, cuando los mismos funcionarios judiciales esperaron a la manifestación de UGT y CCOO en La Farola de Urzaiz. Allí, formaron en fila y de espaldas para demostrar su rechazo a las negociaciones que habían mantenido estos dos sindicatos con la Xunta.
En el mismo sitio esperaron a la llegada de los manifestantes convocados por la CIG, con los que se intercambiaron aplausos y a los que se unieron. «Ante la indiferencia, resistencia» o «aquí está, aquí se ve la justicia gallega en pie» fueron algunos de sus cánticos.
UGT y CCOO cifraron en unas 20.000 las personas asistentes. Con todo el plantel socialista gallego, entre ellos el alcalde Abel Caballero y el secretario xeral Gonzalo Caballero, sus reclamaciones fueron la igualdad, mejoras salariales y pensiones justas.
A las 12 fue el turno de la CIG, que partió desde el Calvario como es habitual para descender también por Urzaiz. La central nacionalista marchó con el lema «Por la recuperación dos nosos dereitos» y a la finalización anunció de forma unilateral una huelga general el próximo 19 de junio. También apuntaron a unos 20.000 participantes.
Además, en el cruce de las calles Colón y Urzaiz también se concentraron miembros de la plataforma antidesahucios y colectivos sociales que corearon consignas por el derecho a una vivienda digna.