Se trata del mayor hospital privado de España, dotado de los medios más avanzados, con un laboratorio propio de análisis dotado de las últimas innovaciones y capaz de obtener los resultados en tiempo record, y con la comodidad de estar ubicado en el casco urbano de la ciudad de Vigo, lo cual es otra ventaja añadida no sólo para los vigueses sino también para quienes residan en su área de influencia, puesto que a su alrededor existen numerosos aparcamientos y servicios de todo tipo, y, además, también es accesible con unos transportes urbanos de gran frecuencia. Pero una de las mayores ventajas es su equipo humano, perfectamente coordinado, rápido y eficaz, que es lo que cualquiera desea cuando acude al médico o al hospital. Lo he podido constatar personalmente en numerosas ocasiones en casi todos los servicios: pediatría, urología, análisis, traumatología, urgencias, radiología, medicina interna, cirugía, e incluso atención domiciliaria, por eso puedo dar fe de lo que hablo. En una ocasión, esa rapidez y eficacia del conjunto humano y con medios de alta tecnología médica a su alcance resultó vital, puesto que sirvió para salvarme la vida. Ingresé por urgencias con un fuerte dolor abdominal de origen incierto. El doctor Martín Joven, al frente de su equipo de urgencias, realizó un diagnóstico certero utilizando todo tipo de medios técnicos y descubrió que me había reventado el bazo. Me trasladaron inmediatamente al quirófano y la doctora Rosa Otero, al frente de su equipo quirúrgico, me operó a vida o muerte, puesto que llevaba perdidos tres litros de sangre. Me salvaron la vida. Pero este no es el único caso cercano del que puedo hablar. Unos años antes, un íntimo amigo también acudió a urgencias con un fuerte dolor intestinal que, sin él saberlo de antemano, resultó ser un importante y prolongado infarto de corazón. La rapidez del equipo de urgencias con el diagnóstico certero y con la utilización de los desfibriladores, cuando ya estaba en parada cardíaca, le salvó la vida y hoy vive para contarlo. Ni que decir tiene la estancia en planta cuando tuve que quedar ingresado en varias ocasiones, con todo tipo de atenciones, con auténtica eficacia y con enorme amabilidad por parte de todo el personal, tanto del equipo médico, del equipo de técnicos sanitarios, de los auxiliares e incluso el equipo de limpieza, con un esmerado servicio de cocina. Así es que no puedo ni debo quedarme callado: le debo la vida a Povisa y siempre le demuestro mi enorme gratitud. Por eso deseo avisar que ya ha comenzado en la ciudad de Vigo y su área de influencia el plazo para poder cambiarse a Povisa, y que ahora, durante todo este mes de noviembre, es el momento de hacerlo.