Cada segundo jueves de octubre, la OMS hace especial hincapié en determinadas enfermedades que puedan acabar con la visión y en las medidas recogidas en la Estrategia de la visión 2020: el derecho a ver, un esfuerzo mundial para prevenir la ceguera creada por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera.
En este contexto, la responsable de la Unidad de Oculoplástica y Oncología Ocular del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, Dra. Yerena Muiños Díaz, resalta que, pese a que la mayoría de los objetivos de esta estrategia se refieren a países en vías de desarrollo, en nuestra sociedad no se debe de olvidar la importancia de las revisiones periódicas de la vista.
Así, la Dra Muiños aconseja realizar, a los tres años de edad, una primera revisión de la vista para descartar posibles enfermedades refractivas como la miopía o hipermetropía, astigmatismo, anisometría, estrabismo y otras enfermedades.
En este sentido, resulta también importante estudiar la ambiopía (ojo vago), ya que su corrección es fácil, pero en edades superiores a los seis años, la recuperación visual es “pobre”.
En un post publicado en el blog del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, la Dra. Muiños sostiene que, en la edad adulta, es necesario continuar vigilando la vista y el ojo, ya que “no sólo hay que tener en cuenta la graduación, que en ocasiones varía ya en la edad adulta –presbicia-, sino también otras patologías como el glaucoma, que es una de las más importantes por la ausencia completa de síntomas visuales o generales –se llama ceguera silenciosa– y por su predisposición genética; el ojo seco; la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), blefaritis o disfunción de las glándulas de meibomio; y las más comunes en la edad adulta: la catarata”.
En este sentido, la oftalmóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fätima apunta que la “DMAE y el glaucoma son las dos causas fundamentales de ceguera en los países más desarrollados”.
Por último, la Dra. Yerena Muiños asegura que, en países desarrollados como España, “todas estas enfermedades tienen tratamiento, tanto para curar la patología como para evitar la progresión y las consecuencias que producen como la ceguera, la insuficiencia de limbo, o la pérdida de la visión central entre otras”.
Además, hace especial hincapié en la prevención de enfermedades palpebrales como el cáncer de párpado (utilizando cremas protectoras del sol y gafas homologadas) o tumores de conjuntiva, usualmente muy relacionados a la exposición solar.