Rígidas, blandas, desechables o cosméticas, la gama de lentes de contacto es muy extensa y aumenta progresivamente gracias a los avances tecnológicos.
El uso de gafas no está reñido con el de lentes de contacto, ya que los usuarios de estas últimas están obligados a poseer también gafas graduadas para que el ojo descanse cada cierto tiempo. Sin embargo, la calidad óptica y, en definitiva, la corrección visual que se consigue con lentes de contacto es superior a la que se alcanza con las gafas. Esta diferencia es más marcada cuanto mayor sea el defecto de refracción.
Por otro lado, las popularmente conocidas como lentillas, por su comodidad, se pueden utilizar para la realización de casi cualquier actividad: práctica deportiva, estudios, trabajo, ocio, etcétera. También son muy recomendables para conducir, ya que mejoran la agudeza visual y amplían el campo de visión.
En todos los casos en los que se plantea el uso de lentes de contacto es imprescindible un estudio previo de las características del ojo que asegure, no solamente una buena adaptación de las lentes, sino la ausencia de efectos adversos.
Los motivos que llevan a una persona a optar por esta alternativa a las gafas son variados: este producto sanitario ayuda a que nos veamos mejor estéticamente, mejora la visión integral frente a las gafas y ayudan a corregir nuestra visión. Sin embargo, el mal uso de las mismas o la compra de lentillas en bazares, tiendas o web no autorizadas pueden poner en peligro nuestra salud ocular.
Pero, ¿qué son lentillas? Las lentes de contacto son unas piezas pequeñas curvadas, fabricadas en distintos materiales y que se colocan sobre la capa lagrimal que recubre la córnea y la esclerótica para la corrección de errores refractivos del ojo, como miopía, hipermetropía y astigmatismo, deformaciones u otros problemas corneales.
Las lentillas flotan sobre la película de lágrima que ocupa la parte frontal de la córnea (la película transparente externa que se encuentra en la superficie del ojo), y funcionan de la misma manera que las lentes de las gafas.
A diferencia de las gafas, las lentes de contacto en general no se caen, ni se empañan, ni se mojan con la lluvia.
Algunos prefieren utilizar lentes de contacto en vez de gafas cuando son muy miopes o cuando han tenido que pasar por una operación de cataratas, porque la visión es mejor.
Las lentes de contacto también pueden servir para mejorar la visión de aquellas personas cuyas córneas han sido dañadas por una enfermedad o por una lesión traumática.
Las lentes de contacto, además, son la solución más práctica para la práctica deportiva o para aquellos que realizan tareas en las que la utilización de gafas no es del todo cómoda. Además, proporcionan una mejor visión periférica (de los lados) que las gafas.
Por último, es muy importante resaltar que la adaptación de unas lentes de contacto no se debe realizar jamás sin un estudio previo del caso por parte del óptico-optometrista, y depende de diversos factores: un estudio de las características oculares, una cuidada selección de los materiales, una estrecha colaboración entre el posible usuario y el profesional de la visión, y un eficaz seguimiento posterior.
Consejos para el correcto uso de las lentillas
El Colegio Nacional de Ópticos Optometristas lanza una serie de consejos para el correcto uso de las lentillas:
Límpiate las manos antes de ponerte o retirarte las lentes de contacto.
No utilices lentes de contacto para nadar. Las lentes blandas absorben los productos químicos del agua.
Las lentes permeables a los gases se pueden salir de su sitio y perderse.
La mayoría de las lentes de contacto no se pueden usar para dormir (excepto las fabricadas para el tratamiento de la miopía y de la hipermetropía con ortoqueratología nocturna, que son específicas para la noche). Si duermes con las lentes puestas puedes sufrir algunos problemas oculares, porque la córnea no recibe la cantidad de oxígeno suficiente. Además, puedes correr el riesgo de infecciones oculares.
En el caso de lentes de uso continuado, sigue las recomendaciones de tu óptico-optometrista para saber cuánto tiempo las puedes usar sin reemplazarlas.
Colócate siempre las lentes de contacto antes de maquillarte. Utiliza cosméticos solubles al agua. No uses rimel sobre las pestañas, porque las partículas se pueden meter en los ojos.Si sueles utilizar un delineador de ojos paravmaquillarte entre las pestañas y los ojos, las lentes de contacto se pueden decolorar permanentemente.
No te pongas las lentes de contacto en la boca para humedecerlas o limpiarlas. Puede aumentar el riesgo de infecciones oculares.
Nunca limpies las lentes de contacto con agua corriente (del grifo o mineral), sino utilizando soluciones desinfectantes prescritas por tu óptico-optometrista. Si sientes una irritación, enrojecimiento ocular, dolor, alta sensibilidad a la luz (fotofobia) o visión borrosa, ve a ver a tu óptico-optometrista urgentemente