Desplazada una patrulla de la Unidad Medioambiental de Intervención Rural (UMIR), y a pesar de que pudieron comprobar que aparentemente los animales se encontraban en buenas condiciones, el escaso espacio disponible no era el más apropiado para su bienestar, motivo por el que ordenaron retirar el citado puesto.
Además, la UMIR también tuvo que intervenir este domingo en otros dos casos. A primera hora de la mañana, concretamente a las 07:55 horas, una patrulla se trasladó a la salida de la VG-20 en Matamá, donde al parecer un búho se encontraba en la calzada.
Personados en el lugar, los agentes comprobaron que se trataba de un cárabo común. Recuperaron al animal, lo trasladaron a dependencias policiales y realizaron las gestiones oportunidad para formalizar su entrega en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cotorredondo.
Igualmente, a las 16:23 horas, otra dotación de la UMIR se trasladó al Camiño da Pedra, en Beade, donde, según requerimiento de un vecino, un perro se encontraba suelto y molestando. El hombre indicó que el can era muy agresivo y que días atrás había matado una oveja.
Los policías desplazados localizaron a la propietaria del animal y se lo entregaron, al tiempo que levantaron actas de denuncia por infringir la ley de protección y bienestar de animales de compañía, tanto por “no adoptar las medidas necesarias para impedir que el animal pueda acceder libremente a las vías o espacios públicos o privados”, lo que conlleva una multa de hasta 500 euros, como por no tener identificado al animal con microchip, lo que supone una infracción grave sancionada con hasta 5.000 euros.