De las investigaciones llevadas a cabo por el Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra en el marco de la operación ‘Tivo’ se desprende que este grupo de mariscadores furtivos integrado, al menos, por siete personas, actuaban de una forma coordinada, de tal modo que mientras unos extraían las almejas, otros realizaban labores de vigilancia para evitar el control que ejercen los Guardapescas Marítimos de las Cofradías de Pescadores y los agentes de la autoridad de los diferentes cuerpos policiales para la prevención de estas actividades ilícitas.
Durante el año 2017, estas personas han sido objeto de 132 actas-denuncia por marisqueo furtivo en las que superaban las cuotas máximas autorizadas, dándose casos de capturas de 306 kilogramos de almeja extraída de forma ilegal en un solo día, cuando la media autorizada para ese mismo recurso se encuentra en 8,75 kilogramos por mariscador y día autorizado. También se dieron ocasiones en los que algunas de las personas investigadas han sido identificadas realizando esta actividad hasta cinco veces en una sola jornada de trabajo.
A raíz del estudio de las denuncias tramitadas y la cantidad de molusco intervenido a los investigados, se deduce que existe un posible ánimo comercial en la acción al no ser destinadas estas cantidades para el autoconsumo. Se calcula que durante el año 2017 se les intervinieron 1.620 kilogramos de almeja y se tasa en cerca de 13.000 euros los daños y perjuicios causados a la Cofradía de Pescadores de San Telmo.
En la operación han sido investigadas 7 personas, en su mayor parte vecinos del municipio pontevedrés de Poio, por presuntos delitos relativos a la protección de la flora y la fauna, por realizar actividades de marisqueo relevantes.
Además, fueron investigados penalmente dos integrantes del grupo por un presunto delito contra la salud pública, al dar positivas en concentración de toxinas unas muestras obtenidas de las almejas que se les decomisó cuando realizaban esta actividad ilícita en el lugar de Acuña, término municipal de Vilaboa (Pontevedra), zona clasificada como C, por lo tanto prohibida su extracción por alta concentración de toxina (E.coli).
Con el apoyo y colaboración de los Guardacostas de Galicia y los Guardapescas Marítimos de la Cofradía de Pescadores San Telmo de Pontevedra, se procedió a la intervención de una de las embarcaciones con matrícula falsificada, utilizada para realizar la actividad furtiva de marisqueo, por los que a su vez se les imputa a tres de los investigados un delito de falsedad en documento oficial.