El Mosteiro regresó a Vigo con la sensación de haber perdido algo más que 3 puntos. Su enfrentamiento ante el líder era la oportunidad perfecta para recortar los 6 puntos que les separaban, y ahora, ya no sólo esa brecha se ha hecho más grande, si no que además los vigueses descienden del segundo al quinto puesto de la clasificación.
Los días previos al encuentro parecía que Pitu podría contar con toda plantilla, a excepción de los sancionados Mario y Morgade. Sin embargo, horas antes del choque se produjeron más bajas que dejaban al equipo con sólo 6 jugadores de campo y forzaban al entrenador a plantear otra estrategia de juego.
El Mosteiro saltó a la cancha con la obligación de reservar fuerzas y llegar en un estado aceptable a los últimos minutos del partido. Para ello, en la primera parte se dedicó a defender y esperar el contragolpe. El Noia dominaba, pero los vigueses dispusieron de algunas ocasiones de gol claras que finalmente no llegarían a materializar. Llegado el descanso, ambos equipos se fueron a vestuarios con el marcador todavía sin estrenar.
La segunda mitad arrancó con dos duros golpes que mermaron aún más si cabe las esperanzas de los vigueses. Tras el primer gol del Noia, el portero Fiou se lesionó en la rodilla y no puede ser sustituido por Cuca, que también sufría molestias. Ante la ausencia de guardametas, Pitu no tuvo más remedio que echar mano del portero-jugador, aunque la remontada se alejaba con el segundo tanto de los locales.
A pesar de la cadena de contratiempos el Mosteiro no bajó los brazos y estuvo a punto de anotar en una contra, pero el tiro dio en el palo y el Noia aprovechó el rechace para subir el tercero al marcador. A falta de 3 minutos para el pitido final, Nené logro marcar el gol de la honra para los vigueses y el encuentro finalizó con un 3-1.