Este sábado comenzarán a competir Óscar Carrera y Rodrigo Germade, componentes del K-4 1.000, y André Oliveira y David Fernández en C-1 1.000 metros. La representación gallega sigue transmitiendo buenas sensaciones, a pesar del cansancio acumulado por aquellos que también disputaron el preolímpico continental.
Muchas miradas se centran en el K-2 200 metros. Después de ganar su plaza olímpica, Cristian Toro y Saúl Craviotto volvieron a demostrar su fortaleza. Se impusieron con claridad en la primera serie y después lograron de forma cómoda su pase a la final. Cuando ellos compiten, en el campo de regatas se percibe una gran expectación. En el mundo del piragüismo es complicado imponerse tantas veces de forma consecutiva, con tan pocas horas de diferencia y además con una gran solvencia. Ambos reconocen sentirse cansados. Pero ahora solo les queda una regata para cumplir su segundo objetivo.
Gabriel Campo Pavón y Rubén Millán, en K-2 1.000 metros, se recuperaron del intenso esfuerzo de los dos días anteriores. Al menos, en los resultados. En las semifinales fueron segundos, en un apretado final. Los componentes del Kayak Tudense desvelaron que “estamos cansados, pero la Copa del Mundo también nos ilusiona”. Ambos, que son debutantes en la pista de Duisburg, afrontarán la final sin presión. Algunos de los favoritos en esta prueba fueron eliminados. Gabriel Campo Pavón y Rubén Millán también anunciaron que participarán en el K-1 5.000 metros del domingo.
Teresa Portela estará en la final C del K-1 200 metros. La palista canguesa acude a Duisburg con el objetivo de probarse y de competir para saber como va su preparación, enfocada totalmente al mes de agosto. Por eso sus resultados tienen un valor de sensaciones. En la semifinal de su modalidad terminó sexta. “No pasa nada. No estoy al cien por cien. Pero esto me sirve para mucho. Mi objetivo es otro”, declaró. Teresa Portela también aprovecha la Copa del Mundo para analizar a sus rivales.
La deportista de Cangas reconoció que “hay un gran nivel en esta Copa del Mundo, ya que muchas adversaria que estaban el preolímpico se apuntaron a la Copa del Mundo. Este es un buen examen para mí”.
Diego Romero, del Breogán de O Grove, reflejaba en su rostro el cansancio acumulado. Después de terminar en el cuarto lugar en el preolímpico, afrontaba con cautela la Copa del Mundo. Llegó hasta las semifinales, en la que terminó séptimo y por lo tanto fue eliminado. “No puedo mucho más. Necesito recuperar y descansar un poco. Toda la fuerza la tenía para el preolímpico y ahora estoy en la reserva”, reconoció. También estará en la línea de salida del C-1 5000 metros del domingo.
André Oliveira y David Fernández, en C-2 1.000 metros, iniciarán este sábado la competición, lo mismo que Óscar Carrera y Rodrigo Germade, componentes del K-4 1.000 metros. Las pruebas se desarrollarán hasta media tarde, según el horario previsto por la organización.
Teresa Portela, la veterana consejera
“Es un orgullo representar a Galicia en unos Juegos Olímpicos. Espero que los cuatro podamos conseguir cada uno su medalla”. Así se refirió Cristian Toro (Viveiro, 1992) sobre los objetivos de la cita olímpica. En Duisburg coincide con Teresa Portela, Óscar Carrera y Rodrigo Germade. La palista de Cangas ejerce de consejera, ya que acumula una gran experiencia en los Juegos. Los otros tres son debutantes.
Cristian Toro reconoce que “todavía estoy en una nube por lograr la clasificación. Me doy cuenta por las felicitaciones y las llamadas. Quizás al llegar a España pueda ser más consciente. Ahora estamos en la Copa del Mundo, otra competición importante, por lo que seguimos ocupados”.
El deportista del Fluvial de Lugo reconoció que “a partir de ahora comienza el entrenamiento duro y exigente. Pero lo vamos a afrontar con ilusión y ganas. Esto se vive de forma intensa”. El gallego, junto a Saúl Craviotto, están demostrando en Duisburg un talento y calidad incuestionable. Todo victorias. Desde fuera parece sencillo. Cristian Toro aclara que “para el espectador puede parecer fácil. Pero detrás de todo esto hay mucho trabajo y esfuerzo. Eso es lo que no se ve. Hemos sufrido para conseguir esa plaza olímpica”.
Sus buenos resultados también provocan que se posen sobre ellos muchas miradas, tanto de aficionados, entrenadores y otros deportistas. Sobre esto, Cristian Toro dice que “es cierto que hay expectación. Pero también tendremos que acostumbrarnos a vivir con esa presión. Nosotros seguimos centrados en lo nuestro”.
El palista lucense ya habló con Teresa Portela, que le dio algún consejo, pero no desveló el contenido de la conversación. “Ella es un ejemplo a seguir por su fortaleza y trayectoria deportiva. Todo lo que diga será bueno”, indicó Cristian Toro.
El palista del Fluvial de Lugo nació en 1992, un año olímpico, y tiene como compañero a Saúl Craviotto, que logró dos medallas olímpicas. Son coincidencias que no pasan desapercibidas. Sin embargo, dice que “lo más importante es trabajar el día a día para estar bien”. Y desvela que “la embarcación tiene todavía un amplio margen de mejora”. Sus rivales en Duisburg ya les consideran invencibles, al menos de momento.