Cuando todo está perdido, siempre aparece él. Sus lágrimas en el banquillo son las del celtismo durante una temporada aciaga. Iago Aspas demostró de nuevo que es el mejor futbolista de la historia del Celta. No solo por su calidad y por su entrega, sino porque cuando hace falta, en los peores momentos, cuando el agua te llega al cuello, aparece él.
Y es que nada podía empezar peor en esta sábado de Reconquista. En solo quince minutos, el Villarreal volvió a dejar en evidencia las vergüenzas del Celta. Un contragolpe, seguido de un saque de esquina, una segunda jugada y otra contra en la que ningún defensa ejerce. Resumen, dos goles y la peor pesadilla para un estadio lleno.
El mazazo fue terrible. El silencio fue demoledor. La fiesta con la que había comenzado la tarde de Reconquista se convirtió en un auténtico funeral. Quedaba mucho tiempo, pero la sensación era de que todo estaba perdido.
Con el paso de los minutos reaccionó el equipo, se relajó también el Villarreal y los celestes comenzaron a cogerle el pulso al partido. Todo había empezado mal, pero era necesario mantener la calma porque existían opciones, quedaba mucha batalla por disputar.
El Celta solo pudo llegar a base de saques de esquinas y la desesperación se transmitió del césped a la grada y de la grada al césped. Brais se llevó los silbidos, Iago apenas tuvo presencia, Maxi estaba muy solo entre centrales…
Por el contrario, los visitantes jugaban a placer, ni siquiera les hizo falta forzar la máquina, ya que cada vez que podían combinar se plantaron en el área sin ninguna oposición.
Faltaba la bala de Aspas y el de Moaña no falló. En la reanudación batió a Asenjo con un toque sutil de su zurda en un libre directo desde la frontal. Empezó otro partido, esta vez con la afición enchufada de nuevo y renacida por el tanto.
Se volcó el Celta arriba y se abrió de par en par. Si la defensa ya estaba insegura, ahora ya había que sumar los errores groseros de Hoedt en la salida de balón que a punto estuvieron de causar una sangría.
Olaza creció y creció por la izquierda, dejando en evidencia a los que antes dieron minutos a Juncá. Un gran centro suyo a la cabeza de Maxi puso las tablas en el marcador. ¡Quién lo iba a decir tras el horrible partido que estaba haciendo el Celta!
Comenzaban un tercer choque dentro del encuentro. El Villarreal temía que el renacer local acabase con el botín que ya parecían tocar con las manos. Los vigueses poco a poco cercaron el área de Asenjo. Los amarillos ya no salieron con peligro, prefirieron conservar.
Y de nuevo apareció Iago. El hombre milagro del Celta, el futbolista que ya ha marcado una época y cuyo nombre quedará grabado en la historia del club. Marcó de penalti y devolvió al equipo a la senda de la victoria para renacer de entre los muertos.
Celta: Rubén; Mallo, Hoedt, Costas, Olaza (min. 87, Kevin); Okay, Lobotka, Brais Méndez, Boufal (min. 72, Sisto); Iago Aspas (min. 89, Cabral) y Maxi.
Villarreal: Asenj, Mario, Álvaro, Ruiz, Quintillá (min. 87, Raba), Chukwueze (min. 69, Fornals); Morlanes (min. 81, Morlanes), Cazorla, Pedraza, Iborra; Ekambi.
Goles: 0-1, min. 10: Ekambi empuja a la red a pase de Mario; 0-2, min. 16: Pedraza, en jugada individual; 1-2, min. 50: Iago Aspas, de libre directo desde la frontal del área; 2-2, min. 70: Maxi, de cabeza a gran centro de Olaza; 3-2, min. 85: Iago Aspas, de penalti.
Árbitro: Gil Manzano. Mostró cartulinas amarillas a Pedraza, Mario, Víctor Ruiz y Mallo.
Incidencias: Partido correspondiente a la 29 jornada de La Liga disputado en el Estadio Municipal de Balaídos ante 22.314 espectadores.