A pesar de que el estadio no presentaba una gran entrada -poco más de 14.000 espectadores acudieron al encuentro-, los aficionados presentes se volcaron en la despedida de Berizzo. Los aplausos comenzaron cuando se cantó su nombre por la megafonía y se convirtieron en atronadores cuando saltó al campo para dirigirse al banquillo. De hecho, la afición incluso dejó de cantar el himno para ovacionar a su entrenador, al que le esperaba en la grada de Río una gran pancarta en la que se podía leer «Grazas Berizzo».
Una parte importante de Balaídos también quiso mostrar su disgusto con la directiva por la no renovación del técnico. Algunos entonaron el «Mouriño vete ya» y también «Berizzo sí, Mouriño no». Otra parte de la hinchada, no obstante, respondió a estos cánticos con silbidos.
En lo que sí hubo unanimidad fue en los cánticos dedicados exclusivamente a Eduardo Berizzo. Y en la segunda parte se vivió un momento único. Iago Aspas cayó dentro del área y el árbitro señaló penalti. Entonces, muchos aficionados comenzaron a cantar «Toto tíralo». Obviamente, esta petición no se pudo cumplir y fue el propio Aspas el encargado de convertir en gol esta pena máxima. Era el 1-0 y el moañés se dirigió hacia el banquillo para abrazar a Berizzo y dedicarle su 19ª tanto en Liga de la temporada.
Balaídos vivió unos últimos minutos locos de partido, en los que la Real consiguió un agónico empate que le dio acceso directo a la Liga Europa para regocijo de los muchos aficionados donostiarras que se encontraban en Vigo este domingo. Sánchez Martínez pitó el final tras el 2-2 anotado por Juanmi y Balaídos estalló en una atronadora y sentida ovación hacia Berizzo. Mientras los jugadores de la Real Sociedad celebraban su clasificación para Europa sobre el césped, en el centro del terreno de juego, los futbolistas del Celta, Berizzo y todo su cuerpo técnico hicieron un corro. La plantilla y el cuerpo técnico, que hará ahora las maletas, mostraron su unión por última vez y el entrenador argentino dio su última charla.
Tras el encuentro, Berizzo se acercó por la sala de prensa de Balaídos para mostrar su agradecimiento en una corta comparecencia sin preguntas. Después, abandonó el estadio por la puerta de bomberos, la situada en la esquina entre Marcador y Río. Allí se encontró con un buen número de aficionados y no dudó a la hora de hacerse fotos con ellos.
Esta noche la plantilla y el cuerpo técnico están disfrutando de una cena de final de temporada, en la que se celebrará una campaña histórica y en la que se despedirá definitivamente Eduardo Berizzo, el entrenador al que ya muchos consideran el mejor de la historia del Celta.