No le debió de importar demasiado porque acto seguido comenzó a gritar reiteradamente: «¡Esto es Vigo y aquí hay que mamar!», grito al que se sumó el público.
El sanluqueño le cedió el micrófono al entrenador, Eduardo Berizzo, que agradeció a todo el celtismo su aportación para conseguir la clasificacion europea y pidió que éste sea «el punto de partida para conseguir más cosas», para concluir con un fuerte «¡Hala Celta!».
También fueron el alma de la fiesta Guidetti y Bongonda. Aparte del rap que protagonizaron sobre el escenario, se encargaron de comenzar a animar la fiesta, a veces con Drazic como acompañante.