Mouriño volvió a culpar al Concello de poner trabas al crecimiento del Celta, aunque aseguró que esta campaña no es una batalla personal contra el alcalde de Vigo. «El trato que Caballero tiene conmigo siempre es excelente, no hay una mala palabra. Esto no es yo contra Caballero, esto es el Celta exponiendo sus necesidades a la ciudad. Hemos tenido varias reuniones. Él se mantenía en que no quiere vender Balaídos y yo me mantengo en que quiero comprarlo», explicó.
El presidente se dio un ‘baño de masas’ este jueves en un acto moderado por el actor y humorista Carlos Blanco ante un auditorio entregado que le brindó una larga y calurosa ovación tras su primera intervención. Mouriño estuvo rodeado en este acto por los jugadores de la primera plantilla, el cuerpo técnico, la directiva, los trabajadores del club y los jóvenes futbolistas de las categorías inferiores.
A pesar de que el acto tenía la apariencia de un mitín político, nada más comenzar su intervención, Mouriño aseguró que «estamos muy contentos de haber sido capaces de abrir un debate ciudadano que no tiene que ver con la política. Estamos aquí para hablar de un futuro de arraigo en Vigo».
El presidente pasó a enumerar los distintos proyectos que, según él, le ha tumbado al Celta el Concello de Vigo: las distintas ciudades deportivas en Bembrive, Valladares y la antigua fábrica de Álvarez, la Universidad del Deporte en el Colegio Hogar o los bajos comerciales en Balaídos. De hecho, explicó que a pesar de que el convenio firmado con el Concello establece que le corresponde al Celta la explotación de los bajos comerciales del estadio, se le ha negado la licencia para volver a instalar en la remodelada grada de Tribuna la tienda y el bar que la entidad poseía antes del inicio de las obras.
Mouriño también amenazó con la posibilidad de que unos futuros propietarios se lleven al Celta de Vigo. Según él, la única opción para evitarlo es que el club tenga un estadio y una ciudad deportiva propios en la ciudad. Como ya dijo en alguna otra ocasión, tampoco descarta que estos se construyan en un municipio limítrofe.
El todavía máximo accionista celeste se quejó de haber sido «condenado» por pretender asegurar el futuro del Celta. «Solo por dar ese paso que busca el crecimiento del Celta, hemos sido condenados. Pasamos de héroes a villanos».
Mouriño asegura que todos sus proyectos están dentro de la legalidad a pesar de que el Plan Xeral de Ordeación Municipal (PXOM) de Vigo se encuentra paralizado. «El Celta no quiere nada ilegal. Lo que está pidiendo es la voluntad política para hacer cosas. Es cierto que en este momento no hay plan general, pero en menor medida hay voluntad política», explicó.