El celtismo vive este sábado un día complicado después del anuncio realizado por Eduardo Berizzo por la mañana de que no ha llegado a un acuerdo con el club para su renovación y que, por tanto, dejará de entrenar al equipo celeste después de tres temporadas magníficas.
El técnico no estuvo arropado por la directiva en la rueda de prensa que ofreció en A Madroa y ni Mouriño ni ningún miembro del consejo se han referido a esta noticia. La única reacción del club ha sido un comunicado en la página web agradeciendo a Berizzo su trabajo.
Y en la cena de la peñas, tampoco ha habido referencias a Berizzo. Mouriño no ha aparecido -el presidente sí que estuvo por la tarde en A Madroa siguiendo el partido de Copa del equipo juvenil- y Ricardo Barros, en su breve discurso, se limitó a recordar que lo más importante del club son sus aficionados. Quizás haciendo referencia a que ningún entrenador es indispensable.
«El orgullo que tenemos en el consejo de administración es todos vosotros. Este año creo que el Celta cada día está consiguiendo unos objetivos con trabajo, con cautela y con saber estar dónde estamos. Los jugadores son los partícipes de todas estas experiencias tan enormes y tan maravillosas que hemos tenido. Cuando terminó el partido en Manchester y vimos el magnífico trabajo que hizo el equipo era todo eso muy importante, pero cuando os vimos a todos los aficionados, cómo habéis estado con el equipo, cómo habéis vibrado, como sentís los colores, es lo más importante. Vosotros sois lo más importante que tiene este club, la afición, en los momentos malos, buenos y regulares», dijo Barros, que también lanzó buenos deseos de cara a la próxima temporada.