Aunque se le han resistido contrataciones como la de Hirving Lozano y aspirar a Nolito se antojó complicado al tener que pelear con el Sevilla, el Celta se ha resarcido con la contratación de Emre Mor. El internacional turco ha generado mucha ilusión en el celtismo y para ello el club ha tenido que hacer un esfuerzo económico, hasta el punto de que se ha pagado por él tanto como por las otras tres incorporaciones.
Solo el fichaje de Catanha -15 millones- supera lo invertido en el extremo procedente del Borussia Dortmund. Aunque medios turcos informaron en un primer momento de que la cifra sería de 13 millones, el montante final exacto ha sido de 12,5 ‘kilos’.
En cualquier caso, se trata del mayor gasto realizado en un futbolista desde que Carlos Mouriño es propietario de la entidad olívica. Ese desembolso, junto al del resto de caras nuevas, ha supuesto además un récord para el presidente céltico, que nunca antes había comprometido tanto dinero en un mercado de fichajes.
Ya en un primer momento llamaron la atención los cuatro millones que hicieron falta para traer a Maxi Gómez. Hacer efectiva la opción de compra de Jozabed tampoco resultó nada sencillo y la operación se fue a los 3,5 millones. Y Lobotka aterrizó en Vigo después de pagar cinco millones. Cifras que, ya por separado, hasta hace poco parecían muy lejanas para el Celta.
Con todo, el club ha subido el listón y su apuesta ha crecido. En total, ha invertido este verano 25 millones de euros, un dato inédito en la era Mouriño, que de esta manera supera los 20 ‘kilos’ de hace dos campañas. Eso sí, el gasto se ha visto compensado con la venta de Pape al Olympique de Lyon por diez millones más otro cuatro que pueden llegar si se cumplen ciertos objetivos que no se han hecho públicos.