Mohamed se encuentra en una situación tan peliaguda que a día de hoy no se puede descartar que no esté en el banquillo en el partido ante el Eibar de la próxima semana. Mientras la directiva deshoja la margarita y busca posibles recambios, el celtismo ya ha dictado sentencia. La afición no está con el entrenador a pesar de que el equipo no se encuentre en puestos de descenso.
El principal motivo de divorcio entre la grada y el técnico es sustancialmente estilístico, va más allá de los números. Balaídos no encuentra motivos para aplaudir el juego de su equipo, a pesar de que ante el Alavés este experimentó una ligerísima mejoría. La afición quiere un Celta que elabore y que juegue al pie. El técnico, sin embargo, ha decidido construir el equipo desde atrás y sus sistemas de ataque son un tanto rudimentarios.
Y a este desamor con el estilo de Mohamed se han unido los malos resultados. Los datos dicen ya que el técnico argentino no mejora a su antecesor, el también criticado Juan Carlos Unzué. Con el entrenador navarro, el Celta sumaba 11 puntos a estas alturas, uno más de los que tiene ahora. De hecho, en las últimas siete temporadas, las que lleva en Primera el equipo vigués tras su último ascenso, solo en una se firmaron peores números que los actuales a jornada 9. Fue en la campaña 2013/2014, en la que Luis Enrique era el preparador céltico. En aquella ocasión, el Celta había sumado 6 puntos de 27 posibles.
Precisamente estos malos registros de Luis Enrique en su arranque de temporada pueden servir como motivo para abogar por la paciencia en el caso de Mohamed. También se puede alegar la mala racha que experimentó el equipo en la primera temporada de Eduardo Berizzo, cuando estuvo diez partidos seguidos sin ganar, y a la que hizo referencia el propio Mohamed este viernes en rueda de prensa.
Sin embargo, las sensaciones y el juego distan mucho de las que ofrecía el Celta de Berizzo. Y respecto al de Luis Enrique, hay que recordar que aquel era un equipo que llegaba de salvarse en la última jornada del curso anterior y que contaba con una plantilla mucho más limitada que la actual.
Carlos Mouriño es el que debe decidir si Antonio Mohamed merece más oportunidades o si por el contrario su crédito se ha agotado por completo. En los próximos días, o incluso horas, tendremos una respuesta.