Una de ellas la confesó Alejandro Menéndez, que el pasado domingo comenzó su segunda etapa en el banquillo del Celta B. En su período inicial, en los años 2007 y 2008, tuvo al moañés a sus órdenes en el filial céltico y también lo hizo debutar con la primera plantilla en uno de los cinco encuentros en lo que el asturiano dirigió al Celta en Segunda División. Fue ante el Salamanca, disputó 60 minutos y el Celta perdió (3-1).
En aquella época, Aspas era un jugador «díficil de llevar», reconoció el propio Menéndez en el micrófono de Radio Marca Vigo. De carácter volcánico mezclaba grandes actuaciones con días malos y alguna expulsión. No obstante, el técnico indicó sobre su evolución que «es increíble, qué mayores nos hacemos». Y es que Aspas y su entrenador tenían por aquel entonces «un sistema de multas voluntario que estaba consensuado con el jugador», indicó el técnico y también que reconoció que, en algún mes, el crédito estuvo cerca de agotarse. ««Míster, este mes no cobro», me llegó a decir alguna vez el jugador», confesó Menéndez.
Aquel joven que exigía una atención especial y mucha mano izquierda es hoy una auténtica estrella y aquella época «fue importante para su evolución futbolística y para la persona que es ahora», reconoce el técnico asturiano. Después, Iago Aspas, ya con Eusebio Sacristán en el banquillo del primer equipo del Celta y Menéndez en el filial, se convirtió en el héroe de Balaídos al marcar el gol de la permanencia en Segunda ante el Alavés. Esa, ya es otra historia.