Pertrechados con bengalas y entonando cánticos de apoyo, los aficionados hicieron un pasillo humano al autobús del Celta en la confluencia entre las calles Fragoso y Val Miñor. El objetivo, darle al equipo el aliento necesario para que defiendan el 1-2 logrado en el Santiago Bernabéu y que que el equipo celeste esté por segundo año consecutivo en las semifinales de la Copa del Rey.
Balaídos se prepara para vivir una noche mágica. El estadio rozará el lleno y esta tarde la afición del Celta ha dado ya el primer impulso a su equipo. El celtismo siempre responde a llamada, como hizo el pasado año en la vuelta de la eliminatoria de semifinales ante el Sevilla, en el que tras un recibimiento similar el Celta rozó la proeza y estuvo a punto de eliminar al equipo andaluz tras la goleada encajada en la ida en el Sánchez Pizjuán.
Pase lo que pase esta noche sobre el terreno de juego de Balaídos, el celtismo ya ha ganado demostrando la comunión que siempre existe entre la afición y el equipo.