El técnico analizó las claves del encuentro, que obliga al Celta a no depender de sí mismo para lograr el pase a dieciseisavos de Liga Europa. «No pudimos jugar el balón como hubiésemos deseado. Nuestro atacantes no se encontraban entre ellos. Las jugadas de ataque acababan muy rápido. No hubo situaciones ni para un lado ni para el otro. A pensar en lo que viene», señaló.
Berizzo no cree que el estado del terreno de juego puede servir como excusa para el mal partido de los suyos. «La imprecisión que provoca el campo beneficia que se defienda y se salga a la contra. Pero no hay excusa, el campo aguantó bastante bien. El campo no tiene que ver. Recibimos un gol que no debíamos recibir y por eso empatamos el partido», comentó.
El técnico no se arrepiente de haber alineado suplentes en los anteriores choques de Liga Europa. «La alineación de hoy tampoco ganó. La futurología no forma parte de mi análisis. La clasificación estuvo cerca y nos espera un partido ilusionante que tenemos que vencer. Iremos a Grecia a ganar ante un rival que no se juega nada y debemos aprovecharlo. Estuvimos muy cerca de lograr la clasificación. Pero si no lo hicimos hoy, debemos hacerlo en el próximo. Nada está terminado», dijo.
También se refirió a la expulsión de Iago Aspas, que vio la segunda amarilla en el descuento por protestar. «No sé ni lo que le dijo. Pero seguro que fue una protesta exagerada y mereció la expulsión. Pondremos a otro. Es algo que no debió ocurrir. A veces las revoluciones escapan a la charla previa, pero es algo que no o debió ocurrir», dijo Berizzo, que explicó que «Marcelo y Jonny sufrieron calambres y eso nos obligó a cambiarlos. Esas dos ausencias fueron cambios obligados y luego con Rossi salimos a ganar el partido y tuvimos alguna opción de lograrlo».