Antonio acudió como voluntario a las instalaciones de A Madroa y podría repetir experiencia en alguna otra ocasión. Eso sí, el puesto de Edu Fernández, utillero del Celta desde hace años, no corre peligro. Antonio desempeñó la labor encomendada, la de recoger balones y otros útiles de trabajo, entre las bromas de su propio hermano y de los compañeros de este. El buen ambiente es la tónica dominante en el vestuario del Celta y este jueves, con la presencia de este nuevo utillero, volvió a quedar patente.
El joven Antonio ya vivía con su hermano mayor cuando jugaba en el Barcelona B y residía en la localidad barcelonesa de Sant Feliu de Llobregat. Esta buena relación fraternal se ha trasladado a Vigo y a las instalaciones de A Madroa.
Nolito es el mejor espejo en el que se puede mirar su hermano. El sanluqueño, de origen humilde, se ha labrado una carrera en el mundo del fútbol a base de esfuerzo e incluso ha sido ya internacional. A día de hoy, posiblemente sea el jugador más querido por la afición del Celta. Su desenvoltura tanto en el terreno de juego como delante de los micrófonos le han hecho ganarse la simpatía de prácticamente todo el mundo.