Flotador para Rubi y plomo para Escribá. El final más inesperado se convierte en la condena para el entrenador celeste. El equipo vigués perdió ante el Betis en el último suspiro y todo el trabajo hecho a lo largo del partido se fue por la borda.
Y es que el desastre en el que está instaurado el Celta solo tardó siete minutos en aparecer. Había comenzado con muy buenas intenciones el equipo vigués, pero mostró de nuevo mandíbula de plastilina y encajó en la primera jugada de ataque del Betis. El balón rondó por el área de Rubén Blanco sin que nadie supiese alejar el peligro, lo mismo que ocurriría en la última jugada. En esa primera apareció Emerson para rematar a placer a la red.
El mundo se abrió de nuevo a los pies de los celestes, que vagaron sin rumbo durante muchos minutos. La intensidad volvió a ausentarse, especialmente a la hora de funcionar como un bloque en la presión del balón. En ataque, más de lo mismo. Nadie con clarividencia, o atrevimiento, para resolver en el área. Un dominio estéril en el que la portería se ha convertido en un objetivo inalcanzable. Con el paso de los minutos recuperaron el tono, pero más por el miedo local que por méritos propios.
En los primeros cinco minutos de la segunda parte, el Celta llevó más peligro que en los anteriores 45 minutos. Entró Brais Méndez por Mina, el Betis se echó atrás y el balón rondó el área sevillana. Lobotka y Denis pusieron a prueba a Yoel con dos buenos disparos.
Los de Escribá, ahora sí, encerraron a los locales en su área y gozaron de buenas ocasiones, pero el balón se sigue resistiendo. Brais y Aidoo rozaron el gol. Rubi buscó más control dando entrada a Guardado por Joaquín.
Tanto fue el cántaro que al final se rompió. Fue de la única forma que podía ser ante el mal fario vigués: penalti transformado por Iago tras mano clara del excéltico Borja Iglesias.
El partido se volvió loco. El Betis se estiró, no le quedaba más remedio, y al Celta le entró el vertigo. La duda era contener para amarrar el punto o seguir apretando para llevarse todo el botín. Un disparo de Rafinha estuvo a punto de convertirse en el premio gordo, pero Yoel Robles se lució de nuevo.
La última jugada del choque condenó definitivamente al equipo vigués. No lo merecía el Betis, pero supo aprovechar una falta indirecta para condenar al Celta y con toda seguridad a Escribá.
Betis: Yoel; Mandi, Bartra (min. 78, Laínez), Feddal, Álex Moreno, Joaquín (min.61, Guardado), Isamel (min. 71, Loren), Canales, Royal, Fekir, y Borja Iglesias.
Celta: Celta: Rubén; Hugo Mallo, Aidoo, Araújo, Olaza; Lobotka, Beltrán, Denis Suárez (min. 85, Sergio Bermejo), Rafinha (min. 87, Gabriel Fernández); Aspas y Mina (min. 45, Brais Méndez).
Goles: 1-0, min. 7: Emerson; 1-1, min. 69: Iago Aspas; 2-1, min. 90: Fekir.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró cartulinas amarillas a Feddal, Guardado, Ismael, Borja Iglesias y Emerson.
Incidencias: Partido correspondiente a la 12ª jornada de La Liga disputado en el estadio Benito Villamarín.