De esta manera, el Celta acabaría pagando al final de la concesión entre 35 y 44 millones, en función del plazo, y terminaría sufragando de su propio bolsillo la inversión de la remodelación del coliseo vigués, que el alcalde, Abel Caballero, cifró la semana pasada en 35 millones de euros. “¡Qué causalidad que las cifras den!”, apuntó Mouriño en la rueda de prensa que ofreció este lunes en la nueva sede de la calle Príncipe.
Con estos argumentos, el presidente céltico quiso echar por tierra las recientes declaraciones del regidor, que aseguró que el Celta tenía que estarle muy agradecido a la ciudad de Vigo. “El Celta tiene que estar muy agradecido a la ciudad pero no tenemos que estarle agradecido para nada al Ayuntamiento”, esgrimió.
Además, Mouriño desestimó así que el Concello presuma de que el Celta vaya a disfrutar de un Balaídos nuevo gracias a la inversión municipal y de la Deputación de Pontevedra, ya que al final sería el club el que pagaría la reforma.
Igualmente, reveló que este mes de marzo era la fecha clave para firmar el acuerdo de concesión pero el consistorio no ha sido capaz de completar los trámites necesarios para ello.
¿Estadio fuera de Vigo?
La concesión del campo se antoja vital ahora mismo para el futuro del equipo en Vigo, ya que el presidente ha asegurado que si el Concello pone trabas al desarrollo de la ciudad deportiva de Mos no firmará el acuerdo de concesión, lo que obligaría al club a buscar un campo alternativo.
Esto implicaría que el Celta podría retomar su proyecto de construir un nuevo estadio, que tendría que estar situado en un municipio de la comarca. En este sentido, Mouriño se ha mostrado especialmente duro con Caballero, al que acusó de “engañar” a la ciudadanía. “Alcalde, no me sometes”, advirtió.
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