Con el celtismo revolucionado por la posible venta del club a un grupo empresarial chino, situación que ya provocó gritos y cánticos contra Mouriño el pasado jueves, el conjunto vigués se enfrenta a una prueba de fuego: la visita del campeón, que ya ha demostrado que tiene argumentos de sobra para suplir al lesionado Messi sin resentirse en el ataque.
Los de Berizzo, que estaban en una situación muy complicada tras su desastroso inicio liguero, no han terminado de brillar con su juego pero han sido prácticos cuando lo han necesitado. Después del varapalo que supuso caer en el estreno liguero contra el Leganés (0-1), la actuación en el Bernabéu dejó buenas vibraciones en el entorno celeste pese a no puntuar (2-1), sensaciones positivas que desaparecieron cuando el Atlético pasó por encima del Celta (0-4).
Tocaba romper la dinámica perdedora y el conjunto gallego lo hizo empatando en Lieja en su regreso a las competiciones europeas diez años después (1-1) y sumando su primer punto en Pamplona (0-0). La asignatura pendiente pasó a ser la falta de gol, y en las tres siguientes citas se ha solucionado a razón de dos goles por partido, aunque la mayoría han llegado in extremis.
Los triunfos ante el Sporting (2-1), el Espanyol (0-2) y el Panathinaikos (2-0), que han dado oxígeno a los vigueses no evitan sin embargo que a tenor de las apuestas que se pueden observar en la sección de pronósticos (http://www.sosapuestas.com) el Barcellona llegue como favorito a sumar los tres puntos el domingo en Balaídos.
La razón no sólo hay que buscarla en que el juego del Celta dista mucho del que le permitió clasificarse la pasada temporada para la Europa League sino en que el Barça, pese a la ausencia de Messi, está en su mejor momento de juego y resultados. Las estadísticas dejan claro el potencial ofensivo azulgrana. Los de Luis Enrique han marcado 19 goles en seis jornadas ligueras, lo que hace una media de 3,16 goles por encuentro. Pero es que además, sus números son mejores a domicilio que en el Camp Nou, ya que como visitante el cuadro catalán ha ganado en sus tres compromisos fuera, marcando once goles (media de 3,66 por choque) y encajando sólo uno. El Athletic (0-1), el Leganés (1-5) y el Sporting (0-5) han sido las tres víctimas de un Barça que también ha demostrado en la Champions que sabe reaccionar cuando las circunstancias le son adversas, como el pasado miércoles cuando remontó un gol en Mönchengladbach (1-2).
La historia también favorece al Barcelona. Aunque si acudimos a la suma de todos los precedentes la estadística no es apabullante para los visitantes (17 victorias locales, 13 empates y 20 triunfos visitantes). Si nos centramos en la historia reciente, los números se tornan claramente de color azulgrana porque en los seis precedentes que han tenido lugar en Balaídos en los diez últimos años, el Barça se llevó la victoria en el 66,66% de ellos, o lo que es lo mismo, en cuatro de sus seis visitas (2005-2006, 2006-2007, 2013-2014 y 2014-2015) y el Celta sólo puntuó en la 2012-2013 (2-2) y hace un año, cuando el 23 de septiembre de 2015 el equipo barcelonista se dejó el liderato en Vigo (4-1) por culpa de los goles de Nolito, Guidetti y del doblete de Iago Aspas. Ese recuerdo reciente y su racha triunfal dan esperanzas a los celestes de cara al domingo, pese a que las estadísticas y las matemáticas jueguen en su contra.