Además, los comuneros han contactado con distintas asociaciones de vecinos de Mos, en las que se abordaron los “problemas que está suponiendo el actual partidista, interesado y dirigido PXOM” del municipio.
Según indican, lo que más les preocupa es qué va a suceder con las traídas de agua comunitarias si el “proyecto especulativo del señor Mouriño y la señora Nidia Arévalo va adelante”. “No es lo mismo tener un agua limpia y pura en el grifo, por la cual pagas alrededor de 80 euros al año, que tener un agua del grifo que no puedes beber y por la cual tienes que pagar 30 euros al mes”, advierten.
Los comerciantes de Vigo y su entorno han trasladado su temor por la pérdida de puestos de trabajo que puede suponer un área comercial en Tameiga, además del cierre de pequeños negocios familiares.
Por su parte, los grupos ecologistas ponen el foco en el “brutal tráfico” que generaría el complejo, además de la “aberración” que supone talar 800.000 metros cuadrados de arbolado para asfaltarlo y urbanizarlo. “Y lo más aberrante de todo es que la señora Nidia Arévalo lo intente colar como algo bueno para Mos”, apuntan desde la Comunidad de Montes de Tameiga.