Y es que el técnico celeste prefería que la eliminatoria se decidiese en Balaídos y no será así. El estadio vigués acogerá la ida el próximo jueves (21:00) y la vuelta se disputará en Mendizorroza el miércoles día 8 (21:00).
«Lo único que deseaba era terminar en Balaídos y no va a poder ser. Todos los rivales tienen su dificultad, algunos con particularidades diferentes a los otros, como nosotros somos también un rival peligroso para cualquiera. Nos tocó el Alavés y como si nos hubiese tocado el Atlético o el Barcelona. Prepararemos el partido con mucha conciencia e ilusión intentando vencer como siempre hemos intentando vencer a todos los que nos hemos enfrentado», explicó este viernes en rueda de prensa.
Eduardo Berizzo destacó todas las virtudes del Alavés. «Es un rival difícil, incómodo, ordenado, con peligrosidad en sus atacantes que nos va a exigir, como nosotros a ellos, grandes partidos. En estos momentos, los partidos tienen una carga emocional muy grande y quien la administre tendrá un punto a favor», comentó y reiteró que «nos hubiese gustado jugar la vuelta en casa, pero bueno, tenemos que ser inteligentes en el partido de ida para ir con un buen resultado y con vida al de vuelta en Vitoria».
Hace doce días el Alavés visitó Balaídos y el Celta tuvo que sudar para llevarse la victoria a pesar de jugar casi toda la segunda parte con un hombre más. Un solitario y agónico gol de Radoja, permitió a los celestes sumar los tres puntos. Berizzo espera que este reciente precedente sirva como aviso a sus hombres. «El partido contra ellos nos sirvió de referencia. Es un rival ordenado, bien estructurado, al que nos costó abrir. Lo vencimos con mucha paciencia, la misma que deberíamos tener en el partido que viene. Su entrenador ha construido un equipo muy organizado que tendrá mucha dificultad para nosotros», destacó.