Eduardo Berizzo se mostró crítico con la actitud del árbitro Munuera Montero durante el choque en el que el Celta cayó derrotado frente al Eibar (1-0). El técnico argentino no quiso hablar de los errores del colegiado, al que los jugadores célticos reclamaron dos penaltis, pero sí se refirió a las formas.
«No acostumbro hablar de los árbitros, pero no me gusta alguna manera de dirigir de los árbitros, el trato, no me gusta la conducción del partido. De fallos no opino, pueden equivocarse y considero que son honestos, pero la relación con los futbolistas debe ser otra, la conducción fue muy mala», señaló.
El entrenador céltico hacía así referencia a las dos expulsiones (Sergio Álvarez, en el banquillo, y Hugo Mallo, al acabar el choque) y a las numerosas tarjetas que recibieron sus jugadores. «Los árbitros deben encontrar una manera de conducir los partidos igual para todas las camisetas, yo lo que reclamo es repesto para mis jugadores, el mismo trato que se les da a todos», recalcó.
Sobre la derrota, Berizzo aseguró que el mal inicio lastró el equipo, pero no considera que la alineación fuese determinante. «Creo que los que iniciaron tenían la posiblidad de jugar mejor, decide cada uno, el inico fue malo, estábamos avisados del arraquen del rival», señaló. En cualquier caso, explicó que hubo ocasiones para empatar. «De ninguna manera la explicación pasa por la ausencias sino por las presencias, nuestro inicio fue muy malo, nos sosprendieron, nos ganaron por arriba…», añadió.
El técnico destacó que en los últimos veinte minutos de la primera y de la segunda parte «controlamos el balón, tuvimos posesión, aunque nunca estuvimos cómodos, aun así logramos siutaciones de gol que podía dar el empate».
«La derrota tiene que enseñarnos, el partido del jueves es trascendental, diferente, tiene otra trascendencia y cualquier vicotria o derrota hay que olvidarla rápido», indicó al ser preguntado sobre la influencia de la derrota en el choque del próximo jueves ante el Standard de Lieja.