El futbolista, de 1,70 metros y aspecto menudo, quería ser delantero y, de hecho, sus primeros años dando patadas a un balón los pasó cerca de la portería contraria. “Hasta marcaba goles”, llegó a bromear en alguna entrevista. Sin ir más lejos, ha confesado que su ídolo siempre ha sido Raúl González Blanco.
Sin embargo, al ir cumpliendo fases y entrar en las categorías inferiores de clubes de mayor envergadura no le vieron dotes para la parcela atacante. “Llegué a las pruebas y dije que era delantero, pero me vieron físicamente y me dijeron no, que me pusiera de centrocampista”, relata. Desde entonces, aunque ha llegado a desenvolverse en la mediapunta, el mediocentro ha sido su puesto de referencia.
Los analistas de Segunda División cuentan de él que es un jugador con un gran porcentaje de acierto en el pase, que sabe regatear y al que resulta complicado robarle la pelota. Cualidades todas ellas que recuerdan a un tal Stanislav Lobotka. No obstante, muchos le comparan con Verrati o incluso con Xavi Hernández por su estilo de juego.
Además de la inminente marcha de Radoja, esas similitudes pueden esconder implícitamente las sospechas que alberga el Celta de una posible salida del mismo Lobotka. Quizás no este verano, pero sí en un plazo corto de tiempo, en el que Beltrán, por el que se han desembolsado 8 millones de euros, podría coger su testigo.