Porque por mucho que Hodgson hubiese visitado Vigo recientemente sólo era la tercera vez que pisaba la ciudad. Y en un escenario distinto cada vez. La primera de todas fue en Samil. Donde hoy en día se juega al fútbol y se practica tenis, Supertramp ofreció en 1997 un gran concierto que muchos aún recuerdan. Sin duda quien lo recuerda es el propio artista. Anoche se lo confesó al público, con quien interactuó tras cada canción.
Con su piano y su guitarra como eternos cómplices, Hodgson repasó sus grandes éxitos y acabó ofreciendo un recital para amantes de Supertramp ante unas 12.000 personas, según sus propias estimaciones. Con una iluminación cuidada y un escenario tropical, lleno de vegetación, de poco sirvió poner sillas. Poco a poco, los espectadores fueron prescindiendo de ellas para acabar de pie, pegados a la valla, muy cerca del escenario.
‘Take the Long Way Home’ encendió la noche. Le siguieron ‘School’ y ‘Breakfast in America’, canción que bautiza la gira que le ha traído a Vigo. ‘Hide in your Shell’, ‘Quietest Moments’, ‘Had a Dream’ o ‘Child of Vision’ fueron otros de los temas interpretados para acabar con ‘Fool’s Overture’. Pero el momento álgido de la noche lo propició ‘Lord is it Mine’. “El coro de voces, con la brillante gama de luces de los teléfonos, seguramente alcanzó el cielo en esta mágica noche”, escribió el cantante en sus redes sociales tras el concierto.
Después del teórico fin de fiesta, Hodgson ofreció dos bises con ‘Give a Little Bit’ y ‘It’s Raining Again’, clausurando así una “noche especial”.