Si no me equivoco ésta es una ciudad especial para vosotros. Porque empezasteis por aquí, sobre todo en Bueu, porque siempre venís a Portamérica, porque tenéis gente muy cercana como Kin…
Álvaro Baglietto: Hay mucha vinculación. Ten en cuenta que las primeras giras que hacía Vetusta Morla no eran en Madrid, eran en Vigo y en las Rías Baixas, también la zona de Bueu y O Morrazo. Por ahí empezó a funcionar el grupo.
Juan Manuel Latorre: Es especial porque aquí es donde se nos metió el veneno de la aventura de viajar con la música.
ÁB: Las primeras odiseas de gira eran en Galicia.
JML: Sí, empezando por Bueu y luego una gira que hicimos por aquí de cinco conciertos.
ÁB: Quizás el pueblo gallego es el pueblo que culturalmente más se acerca al concepto europeo de ir a shows como quien va al teatro para ver qué te ofrece culturalmente una propuesta musical. Eso no pasa en muchos sitios de España.
¿Cómo nace la idea del libro? ¿Vais haciendo fotos y escribiendo textos simultáneamente o todo surge una vez acabada la gira de ‘La deriva’?
JML: Las fotos existían antes de la idea del libro y hay algunos textos que también existían. Más allá de los textos en concreto existía ya en nosotros el interés por contar las cosas que estaban sucediendo en la gira, pero en blogs o redes sociales. No sé si es porque tenemos ya una edad, pero nos inquieta eso de que en internet todo desaparece muy rápido y queda sepultado por mucha información. Todo se olvida de una manera más rápida de lo que nos gustaría, o incluso llega a desaparecer. Hemos buscado cosas que habíamos escrito en blogs anteriormente y algunos de esos datos se han volatilizado porque el servidor ha cambiado. Queríamos modificar esa tendencia y sacar las cosas de ese torrente de información que hay en internet para fijarlo de una manera que fuera, entre comillas, más trascendental. La existencia de una colección de fotos se da porque Pucho las va guardando en una caja de colonia, que de hecho aparece en el libro. Ver esa caja fue lo que hizo pensar que podíamos usar ese contenido para contar nuestra gira y que a la vez escape a todo este maremágnum de las redes sociales.
Es que hoy en día, en la era digital que vivimos, donde además todo va deprisa, publicar una foto con un texto se llama Facebook o Instragram. No sé si editáis este libro también con alguna intención crítica.
ÁB: No es un mensaje intencionado. Hemos nacido con las redes sociales y vivimos en ese maremágnum de prisas y velocidad pero somos personas que nos gusta guardar nuestros recuerdos, memorias, fetiches y mezclar eso en nuestra realidad es hacer esto basándonos en redes sociales y en algo que se puede tocar.
JML: Con el revelado instantáneo tienes lo que te da por ejemplo Instagram pero así lo conviertes en un objeto físico. Con dos minutos de diferencia es un objeto físico que guardas y recuerdas. Tiene esa parte fetichista que dice Álvaro. Juntando todas las cosas buenas de uno y otro lado hemos tratado de construir nuestro recuerdo de la gira.
En la primera parte del libro habláis de vuestra vida nómada. ¿Cómo es esa vida? ¿Es tan idílica como puede parecer o en realidad es dura?
ÁB: En el libro nos encargamos de plasmar que no es idílica aunque también está el guiño de decir que no nos podemos quejar de nada en esta vida. Hay una entrada de Juanma en el libro que habla de vacaciones, que nunca tenemos vacaciones porque vivimos un poco así. Hablamos de las dos caras de la realidad. Es dura porque dejas muchas cosas atrás que quieres pero es muy bonita porque te encuentras cosas nuevas o te reencuentras con amigos que has dejado. Es nuestra forma de vivir, tiene miserias y grandezas. Hablamos un poco de todo ello.
¿Cómo habéis reaccionado al ver el resultado? Supongo que no será lo mismo ver una foto y el texto en el momento a verlo después con el paso del tiempo y, además, formando parte de un todo. ¿Os ha generado alguna reacción inesperada?
JML: A mí me parece que el resultado es muy bueno. Me ha encantado ver el libro completado. Ahora mismo son textos muy próximos porque han sido revisados hace muy poco y los tenemos muy cercanos. Nos sentimos muy representados a pesar de que hay textos que han sido escritos hace dos años.
Hay fotos relacionadas con Vigo. Una de 2014 cuando tocasteis en el auditorio, otra del aeropuerto y una de Portamérica. ¿Por qué esas fotos? ¿Qué significan?
JML: Una de ellas está en un capítulo que se llama “Panoramas”, que está formado por fotos tomadas única y exclusivamente desde la habitación de nuestro hotel, de las vistas que había.
ÁB: Esa imagen es del día anterior al concierto que dimos en el auditorio Mar de Vigo. Es en el hotel. Siempre que venimos a Vigo aprovechamos para quedarnos ahí unos días.
JML: Era una idea que tenía Pucho. Llegaba a la habitación del hotel, abría la ventana y le hacía una foto a lo que hubiera. En Londres es una calle tal cual, en Oporto son unas casitas y aquí la ría. Vigo salió bien parado. (risas)
ÁB: Es un concepto totalmente alejado, que huye del glamour y va a la realidad. Voy a fotografiar esto porque es lo que estoy viendo, no porque mole mucho o sea especial, sino porque es donde estoy y es mi realidad. También se trata de eso porque hoy todo el mundo saca la sonrisa y quiere transmitir qué maravilloso es todo.
¿El texto que lleva asociado a qué responde?
JML: Lo ha escrito Guille [Guillermo Galván, guitarrista del grupo] y es un poema acerca de su propia obsesión por coleccionar las llaves de los hoteles, las tarjetas magnéticas.
ÁB: Habla del trasiego de estar siempre en hoteles y de cómo rememoras tu último viaje cuando vuelves a casa.
JML: El coleccionismo de tarjetas es la excusa para hablar de esto. La fotografía de Nigrán está en un capitulo que se llama “Equipo”, con texto de Álvaro, y rinde homenaje a toda la gente que trabajó con nosotros, esos rostros que no se ven en la prensa. Aquí salen Cris y Montse, de Esmerarte.
ÁB: Dos auténticas damas de Vigo.
JML: En la imagen de al lado sale María, oriunda de Foz pero viguesa de adopción. Esta es la parte gallega del equipo.
¿Se os hace extraño presentar un libro?
JML: Hay un punto raro, pero cada vez menos
ÁB: A todo te acostumbras (risas)
JML: Cada vez se va a acomodando más en mi cabeza que ésta es una obra colectiva que en cierto modo es un disco, porque la hemos hecho juntos y estamos expresando algo que hemos vivido juntos. No nos hemos pasado a la literatura porque es un libro muy híbrido. De hecho, en cada entrada hay una canción recomendada y la experiencia completa es ver la foto, leer el texto y escuchar la canción.
¿Y qué canción se asocia con Vigo?
JML: Hay una canción que yo tengo muy asociada con Vigo y con las primeras giras gallegas que es ‘La Marea’, que acabó formando parte de nuestro primer disco, ‘Un día en el mundo’, pero que en aquel momento no formaba parte de ningún álbum porque no se había publicado. Tengo recuerdos muy bonitos de tocarla aquí, hacíamos en medio una parte psicodélica en la que nos volvíamos locos. La gente no nos conocía y alucinaba. Nos gustaba mucho venir aquí a tocar porque quien iba a los garitos iba a ver qué se encontraba. Y se encontraba con nosotros haciendo ruido en la parte de en medio de ‘La marea’ y era muy bonito ver las caras de la gente alucinando.
¿Os gustaría volver a ese momento de ser menos conocidos?
JML: No, porque cada momento tiene su etapa.
ÁB: Hay que disfrutar de cada momento. Si no, es vivir sin vivir en mí. Mi hija ayer me dijo que de mayor quería ser como yo. Es la primera vez que me lo dice.
JML: No sabe lo que dice (risas).
ÁB: Alma de dios, disfruta de tu momento. Yo de adolescente quería ser como otros. Siempre queremos estar en otro sitio y eso es una enfermedad. Aprende a estar bien en el momento en el que estés y a no echar de menos épocas pasadas o futuras.
¿Hay alguna foto a la que le tengáis especial cariño o que os diga algo en especial?
JML: Hay muchas, la de la portada es muy representativa. Promocionalmente, no tiene nada porque en realidad es el suelo de una discoteca de Barcelona, el Razzmatazz. Hay una rejilla en el suelo…
ÁB: Bueno, que sea el suelo del Razzmatazz… Cuidado…
JML: Sí, me refiero a que no está asociada a un momento en concreto como puede ser otra que me gusta mucho, la primera que ilustra el capítulo “Equipo”. Es en Medellín, en una especie de mirador que había en una carretera. Nos la hicimos todos juntos, en un momento de camaradería. Veo la foto y me acuerdo de ese momento divertido que tuvimos en mitad de la selva colombiana, en lo alto de los cafetales, viendo todo aquello después de haber vivido una noche preciosa. Esta otra del Razzmatazz no está asociada a un momento similar pero sí es muy representativa del contenido del libro. Lo que hay aquí dentro de cada celda es como un sedimento de confeti que se ha ido quedado ahí cada noche que ha pasado. De alguna forma representa el modo en el que el libro cuenta las historias. Si te acercas sólo ves puntitos de colores pero si los ves desde lejos ves armonía, color y estructura. Podemos ser cada uno de nosotros seis, estamos muy individualizados en el libro y no es algo que solamos hacer. Siempre nos presentamos como una identidad colectiva muy fuerte, la identidad colectiva de Vetusta siempre ha estado y estará por encima de nuestras individuales. Es uno de los puntos fuertes que tenemos. Lo miras desde lejos y aunque miras las celditas ves la obra colectiva.
¿Alguna foto ha dado o podría dar pie a una canción?
JML: Sí, muchas.
ÁB: Fotos y textos.
JML: Hay un capítulo que se llama “Puentes”…
ÁB: A mí el puente de Oporto me dice muchas cosas.
JML: El puente de Berlín fue el que dio origen al poema “Puentes”. Conduce al barrio en el que tocamos y ese puente y ese viaje en particular fue el que inspiró el poema y me encantaría hacerle una canción. No sé si llegará algún día pero esta fotografía y el recuerdo que asocio a él merecerían una canción.
ÁB: Para mí el texto que has escrito tú de “Puentes” merecería una canción.
JML: Gracias, Álvaro. (risas)
ÁB: Es inspirador para una canción.
La pregunta que os perseguirá estos meses será la de vuestro nuevo disco. ¿Qué planes tenéis?
ÁB: No hay mucho más que decir. Tenemos cuatro conciertos en España este verano y uno en Lisboa. Aparte de estos shows, tenemos la intención de juntarnos, empezar a trabajar, hacer música y ver qué sonidos nos salen, qué producción sale y de qué tenemos ganas. Vamos a definir esas cosas este año para, se supone, hacer algo el año que viene.
Después de figurar tres años seguidos en el cartel de Portamérica, desaparecéis este año. ¿Qué ha pasado?
ÁB: Muy sencillo. Es que no vamos a venir todos los años.
JML: Aparte estamos en Cádiz, nos coincide con otro concierto. Pero básicamente porque vamos a aburrir al personal. Tiene que descansar la gente de nosotros. El público de aquí nos quiere mucho y nosotros a ellos, pero está bien descansar de Vetusta Morla.