Con perdón para los Furious Monkey House, una joven y prometedora banda que calentó el ambiente, la noche fue para el músico coruñés y el grupo madrileño. Ambos, llevados por la misma promotora, la viguesa Esmerarte, sirvieron su mejor directo y lo aderezaron con sorpresas. Xoel López apareció con Juan de Dios, ex Deluxe, y juntos cantaron ‘Que no’.
Para muchos es una canción olvidada, es el ‘paleoxoelismo’, pero ahí sigue. Continúa siendo un himno pop que recuerda a los comienzos del músico, quizás menos maduros pero que permanece ajeno al paso del tiempo. No hubo ni una garganta que no la cantara este viernes –todavía por la tarde- en la platea de Castrelos.
Poco después llegó el momento de los cameos, que no por predecibles son menos espectaculares para sus fans. Vetusta Morla adelantó su salida al escenario para entonar junto a Xoel ‘El amor valiente’, todo un himno del músico gallego que sonó mejor aun cantando en compañía.
Los madrileños también cumplieron. Al fin tocaban en Castrelos. Muchos años rondando la comarca con sus giras pero faltaba el epicentro de los directos en Vigo. Por fin se saldó esa carencia y podría decirse que valió la pena. Vetusta Morla respondió con creces, mimó al público y dio la talla con sus temas en vivo.
El otro encuentro sobre el escenario @vetustamorla @xoellopez @esmerarte #VigoEnFestas pic.twitter.com/vb1BTZMpyb
— Rafa Valero (@ValeroRafa) August 3, 2019
Además, la actuación conjunta con Xoel López no fue con un tema una cualquiera. Fue con ‘Copenhague’. Un delirio para los fans de ambos grupos, que suelen ser los mismos. Los madrileños viajan ahora mismo por lo más alto de la escena musical española, pero mantienen los pies en la tierra y no se olvidan de sus inicios. Recordaron el Aturuxo de Bueu, donde dieron sus primeros pasos, y remarcaron la importancia de las salas pequeñas, de lo que dieron ejemplo esta semana con su visita sorpresa al Náutico en O Grove.
La novedosa fórmula del ‘triple concierto’ funcionó. Todo el parque estaba lleno, a reventar. Y además respondió la música. Lo que aparentemente fue una solución improvisada a la pérdida de aquel concierto de 150 euros que prometió Caballero se convirtió en una cita que quedará marcada en rojo en el calendario de Castrelos.