ALIS nace como un ejercicio plástico que centra su atención en la diversidad de experiencias individuales sobre un objeto común y sus consecuencias.
Para ello, la fuente da Barroca, situada en el Barrio del Cura, es el punto de partida común para los cinco artistas, Alejandro González, Luis Romero, Acacia Ojea, Nicolás Ben y Lara Martínez.
Se trata de confrontar el valor colectivo del objeto con el valor individual de la propia experiencia perceptiva, traspasar la dimensión histórica del lugar y usarlo como material plástico. Se trata también en otros casos de abordar la idea de retrato mediante la distorsión ocular como método de abstracción física o simplemente la idea de abstracción como método estético que permite establecer al artista un diálogo consigo mismo.