Loada por la crítica en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, se trata de una obra original basada en la mitología griega. Fedra, la reina de la Isla del Volcán, está enferma: ni come, ni habla, ni duerme. Los médicos son incapaces de averiguar el origen de su padecimiento y el país entero está preocupado por su estado de salud.
Algunos dicen que se ha vuelto loca. Otros, que las largas ausencias de su esposo, el rey de la isla, han terminado de devastar y asolar su corazón, pero nadie conoce la verdad y todos se equivocan. Y es que la gran responsable de la dolencia de Fedra no es otra que una pasión que la atormenta desde hace tiempo y que ya no puede reprimir más; un erotismo inmoral e impúdico, un deseo violento e indómito, un amor prisionero e indecente.