En «Somos criminais», Touriñán y Carlos Blanco se preguntan si en Galicia existe una cultura criminal propia, si se podría decir que «delinquimos como gallegos». Para responder a estas cuestiones, los dos cómicos analizan y dramatizan crímenes autóctonos en todas sus variables, desde el crimen por inconsciente hasta el crimen por acumulación de enfado, pasando por el crimen familiar causado por las herencias, el asesinato por sugerencia o los orígenes del narcotraficante gallego. La conclusión es clara: somos criminales.