La representación teatral envolvió a los asistentes y los llevó, por un instante, al medievo en un acto que contó con la presencia, un año más, de numerosas personas que no se quisieron perder uno los eventos más importantes y más visuales para el público de A Arribada.
La lluvia que en cualquier momento podía comenzar a caer tampoco asustó a vecinos y visitantes, que acudieron a la fiesta con sus trajes medievales para disfrutar de buena música, cervezas y comida por las calles del Casco Vello.
La animación en las calles estuvo presente, sobre todo, por la mañana, ya que por la tarde la lluvia deslució los actos programados para este domingo en Baiona.