La Navidad en la ciudad olívica ha encontrado en Antonio José Vega a su cronista más dulce y sorprendente. Este artesano, que se autodefine como un turronero surrealista, ha vuelto a transformar la calle del Príncipe en un auténtico laboratorio de la repostería bajo la enseña de La Formigueta, su marca reconocida por la audacia de sus propuestas. Con un despliegue creativo tan inesperado como espectacular, Vega ha presentado las novedades de la temporada, consolidando a Vigo como la capital de la experimentación dulce.
La estrella indiscutible de este nuevo catálogo 2025/26 es el turrón que ha bautizado como ‘Choiva’, una pieza que el maestro define sin tapujos como una innovación a escala mundial. Antonio José rompe con la tradición secular de la tableta para proponer un concepto de turrones individuales, auténticos bocaditos pensados para un consumo singular y más inmediato. El diseño de este nuevo formato está inspirado, de forma literal, en la gota de agua, un guiño que rinde homenaje a un elemento tan característico del paisaje y la identidad gallega. El sevillano afincado explicó divertido que la inspiración le llegó ante la intensidad de las precipitaciones de las últimas semanas.
La primera variedad presentada de este concepto revolucionario es un turrón de chocolate negro con naranja y Peta Zetas, una combinación que, según el artesano, ofrece una experiencia que «te explota en la boca», buscando recordar el chisporroteo del agua al caer. Sin embargo, la línea ‘Choiva’ abarca una quincena de sabores diferentes en este formato individual de gota, entre los que se encuentran fusiones tan variadas como el queso de tetilla con uvas pasas, higos, Peta Zetas y chocolate blanco, el de avellanas, praliné y chocolate negro, o la mezcla de almendras Marcona, naranja y praliné con chocolate negro.





De la gota a la tosta
Pero el espíritu experimental de Antonio José Vega no se detiene en la ‘Choiva’. Entre las novedades de La Formigueta aparece una creación que desafía las categorías culinarias tradicionales: la tosta de pan de bolla. Se trata de un turrón que emplea una base de pan de bolla perfumado en horno de leña, sobre la cual descansa una capa de queso de tetilla con pera caramelizada y chocolate. Con este tipo de elaboraciones, el maestro turronero vuelve a demostrar que la fantasía y la experimentación no tienen límites en su obrador.
Además de las innovaciones en sabor, la tienda ha respondido a las peticiones del público incorporando «tabletitas de turrón individuales». El artesano reconoce que muchos clientes solicitaban formatos más pequeños, aludiendo a que el bloque tradicional era «mucho para una sola persona», una filosofía que entronca directamente con el concepto de bocadito del turrón ‘Choiva’.

Catálogo infinito y expansión
El listado de sabores de La Formigueta, que supera las 250 referencias, es un testimonio de la vocación inconformista de su creador. Si bien el público puede encontrar las opciones consolidadas de almendra, chocolate o pistacho, el verdadero sello de identidad reside en sus recetas «imposibles» y sus guiños a la gastronomía local. Turrones de pulpo, cerveza, chorizo, cachelos y ostras son algunos de los ejemplos que demuestran que no hay ingrediente que se le resista a este artesano que se enamoró de la Navidad de Vigo hasta el punto de dejar su negocio en Cataluña para instalarse en la ciudad.
Tras asistir al mercadillo de la Alameda durante dos temporadas, Antonio José Vega optó por trasladarse a un local en el corazón comercial de Vigo, donde ha ampliado su negocio a productos como creps y fresas con chocolate. Este año, el turronero confirma que alargará la temporada y, por primera vez, llevará su dulce surrealismo más allá de Vigo, anunciando su participación en el mercadillo de Navidad de A Coruña, en María Pita.
La Navidad de Vigo se saborea, una vez más, con los ingredientes singulares y atrevidos que solo puede ofrecer el maestro de La Formigueta.

























