Ocho décadas después de que un bombardero B-17 sobrevolara la ría de Vigo, las primeras imágenes aéreas sistemáticas de la ciudad siguen siendo un testimonio único de su transformación. El Vuelo Americano Serie A, realizado entre 1945 y 1946 por el Army Map Service de Estados Unidos, marcó un hito en la cartografía española y ofrece hoy una ventana privilegiada al Vigo de posguerra.
Un encargo histórico en plena posguerra
En un contexto de aislamiento internacional, el régimen de Franco autorizó a las fuerzas aéreas estadounidenses fotografiar todo el territorio español. Entre febrero y junio de 1946, aviones equipados con cámaras Fairchild K-17 capturaron imágenes a una altitud de 5.000 metros y escala 1:32.000. Aunque algunos vuelos iniciales se realizaron sin permiso desde Gibraltar, el proyecto acabó contando con el visto bueno oficial, paralelo a la estrategia diplomática para levantar las sanciones de la ONU.
El resultado: miles de negativos en blanco y negro que el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) ha digitalizado y puesto a disposición del público. Vigo aparece retratado con una resolución de entre 0,5 y 1 metro, suficiente para distinguir calles, playas y astilleros.
El Vigo de 1945: playas donde hoy hay avenidas
Las fotografías de la Serie A muestran una ciudad aún rural en muchos barrios. La avenida de Beiramar era una sucesión de pequeñas playas desde O Berbés hasta Bouzas, con los astilleros de Vulcano y Barreras ocupando el frente marítimo. Coia, As Travesas y Navia eran campos y huertas salpicados de casas bajas. Teis y O Calvario conservaban su carácter de aldeas periféricas.
En la ría, la ausencia total de bateas en la ensenada de San Simón contrasta con las imágenes actuales. Las islas Cíes aparecen desnudas de edificaciones, y la villa de Baiona mantiene su trazado medieval intacto.
Una de las ausencias más llamativas es el Puente de Rande. En 1945, la conexión entre las dos orillas de la ría dependía exclusivamente de los transbordadores. No sería hasta 1978 cuando se inaugurara la obra de ingeniería que revolucionó la movilidad en la comarca y aceleró la urbanización de Moaña, Cangas y Redondela. Comparar las imágenes aéreas de 1946 con las de la Serie B (1956-1957) permite apreciar cómo la construcción del puente transformó el paisaje y los flujos de tráfico.
De la Serie A a la B: mayor precisión, mismos ojos
La segunda campaña, conocida como Vuelo Americano Serie B, se realizó tras los Pactos de Madrid de 1953. Con cámaras más avanzadas y una escala 1:33.000, las fotografías ganaron nitidez. En ellas ya se intuyen los primeros crecimientos urbanos: la ampliación de la Gran Vía, el incipiente polígono de Bouzas y la expansión de la carretera a Pontevedra.
Un legado digital para investigadores y curiosos
El CNIG, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha integrado estas imágenes en su Fototeca Digital y en el Plan de Ortografía Nacional Histórica, en colaboración con el Ministerio de Defensa. Investigadores las utilizan para estudiar el cambio climático, la evolución del litoral o la expansión urbana. Cualquier ciudadano puede descargarlas gratuitamente y comparar el Vigo de 1945 con el actual mediante visores como el Comparador de Imágenes Históricas.
De los bombarderos a los satélites
Lo que en 1945 requería aviones militares y permisos diplomáticos es hoy rutina. Satélites como Sentinel o plataformas como Google Earth ofrecen perspectivas aéreas en tiempo real. Sin embargo, las fotografías del Vuelo Americano conservan un valor documental irrepetible: son el primer retrato completo de Vigo desde el cielo y el punto de partida para entender cómo una ciudad industrial se convirtió en la metrópoli que conocemos.
Ochenta años después, aquellas imágenes en blanco y negro siguen invitando a mirar hacia atrás para comprender cuánto hemos avanzado. Y cuánto hemos cambiado.






















