La ría de Vigo se convirtió esta mañana en el tablero de un ensayo crucial para la seguridad marítima. El buque de Salvamento Marítimo «María Pita» desplegó una barrera anticontaminación en un ejercicio coordinado con la Base Estratégica de A Coruña y la Autoridad Portuaria de Vigo, simulando una emergencia por vertido de hidrocarburos en el puerto. El escenario, un accidente que genera una mancha expansiva de fuel, puso a prueba protocolos de respuesta rápida, minimizando el impacto ficticio y reforzando la vigilancia en una de las rías más vitales de Galicia. Este ensayo, parte de un plan anual de simulacros, subraya la fragilidad de un ecosistema que sustenta la pesca, el turismo y la industria naval, en un momento en que el cambio climático y el tráfico marítimo intensifican los riesgos.
El «María Pita», remolcador de altura con base en A Coruña, lideró el despliegue desde su posición estratégica, extendiendo la barrera para confinar la supuesta contaminación y facilitar su recogida. La operación, que transcurrió sin contratiempos visibles, no solo evaluó la eficiencia de los equipos, sirvió además de recordatorio de la importancia de la preparación ante desastres que, en el pasado, han marcado la historia gallega.
El «María Pita»: guardián de las rías con historia y potencia
Nombrado en honor a la heroína coruñesa que en 1589 repelió el ataque de Francis Drake, el «María Pita» (BS-14) es un remolcador de altura de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima, botado en 2008 en los astilleros de Unión Naval de Valencia. Con 60,5 metros de eslora, un tiro de 55 toneladas y capacidad para 2.500 toneladas de lastre de agua, este buque polivalente opera principalmente entre Vigo y A Coruña, cubriendo las Rías Baixas y Altas. Equipado para remolques de emergencia, lucha contra incendios, rescates de náufragos y, como hoy, contención de vertidos, integra un arsenal contra la contaminación: bombas de achique, skimmers para absorber hidrocarburos y una embarcación auxiliar de 8,5 metros para maniobras precisas.
Su versatilidad lo ha convertido en pilar de operaciones en el noroeste peninsular, desde remolques en temporales hasta apoyo en naufragios. Esta mañana, atracado en el puerto vigués, el «María Pita» extendió la barrera flotante (un dispositivo de 200 metros lineales) para rodear la mancha simulada, demostrando su rol en planes como el de Lucha contra la Contaminación Marina (LUCOPON). La coordinación con la Autoridad Portuaria, que aportó personal y logística, ilustra la sinergia entre instituciones para proteger una ría que mueve 20 millones de toneladas anuales de mercancías.
Un ensayo contra el fantasma de las mareas negras
El ejercicio, organizado por el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo (SASEMAR) de Vigo, recreó un vertido accidental en el puerto generando una mancha que amenaza cultivos de mejillón y playas como Samil. Desde las 9:00 horas, el «María Pita» navegó hacia el islote Boeiro, en las Cíes, donde desplegó la barrera para confinar el vertido simulado. Este simulacro, que concluyó pasadas las 12:00 horas sin incidencias.
El plan anual de ejercicios, que incluye al menos cuatro anuales en la ría, evalúa tiempos de reacción (hoy, menos de 30 minutos para el despliegue) y la interoperabilidad con entidades locales. En un puerto que acoge 3.000 escalas anuales, este entrenamiento minimiza riesgos para un ecosistema que genera 4.000 millones de euros en valor económico. Mientras el buque regresa a puerto, el ejercicio deja un mensaje claro: la prevención es la mejor defensa.