La fotografía muestra el convento de las Siervas de Jesús, que realizan una encomiable labor de caridad con enorme discreción y eficacia. El convento está ubicado en el número 60 de la Rúa Urzaiz, de la ciudad de Vigo, frente a la estación del tren y el complejo comercial Vialia.
El conjunto de la mencionada finca ocupa una importante extensión delimitada por la Rúa Urzaiz, la Rúa Cuba y la Rúa Brasil. Pero ya es sabido que todas las fincas y mucho más las edificaciones necesitan un mantenimiento regular que evite su deterioro y su desplome. Así las cosas, una inspección del Concello de Vigo le ha detectado desperfectos que afectan a la seguridad, por lo que ha apremiado a la orden titular de la propiedad para que corrija los deterioros.
En principio el asunto parece acertado, puesto que la seguridad está por encima de todo, sin embargo, en la ciudad de Vigo existen muchas otras edificaciones que acusan notorios desperfectos, incluso el aparente peligro de derrumbe, y, en cambio, siguen estando ahí desde hace años.
Curiosamente, varias órdenes religiosas tienen propiedades en diferentes localizaciones de la ciudad de Vigo y constituyen auténticos caramelos para las empresas constructoras. Este convento, en concreto, es un plato realmente apetitoso, basta imaginar cuántas viviendas podrían construirse en ese terreno.
La inspección llevada a cabo por el Concello de Vigo está muy bien, muy acertada, y nadie lo duda, pero por qué razón se pone esta propiedad en el punto de mira, y a las demás, que también tienen desperfectos similares y que están repartidas por toda la ciudad y que llevan años en un estado deplorable, no se les toca ni se les urge una solución. Basta dar un paseo por calles tan céntricas como la Rúa Carral, la Rúa Gamboa o la Rúa López de Neira, por poner algunos ejemplos, y observar algunas de sus construcciones. ¿Realmente se han tomado las mismas medidas con todas ellas? La ley debe ser igual para todos.






















