El desarrollo y popularidad de la prensa digital, además de los novedosos medios de comunicación y las redes sociales, está propiciando la desaparición de los clásicos quioscos. Muchos de ellos se han ido transformando con ofertas de otros productos: libros, objetos de regalo y recuerdos turísticos, y conservando, en todo caso, la venta de chucherías; nada que ver con la venta de prensa en papel, revistas e incluso los cigarrillos sueltos que algunos vendían hace décadas.
Esta moderna tendencia también ha tenido impacto en gran parte de la prensa de difusión gratuita en papel, que ha ido desapareciendo. La rápida evolución de los medios también ha afectado, inevitablemente, a los vendedores de prensa que antaño recorrían calles y plazas, como era el caso del popular Manuel Castro a quien la ciudad de Vigo recuerda con una estatua —-mutilada—- en la céntrica Rúa Príncipe.
Así las cosas, resultan muy llamativos los quioscos que van quedando activos y que aún están dedicados a la venta de periódicos y revistas; son elementos urbanos casi condenados a la desaparición.