En el corazón de la ría de Vigo, el Hidria Segundo, el único barco de vapor operativo en la Península Ibérica, se erige como un símbolo del patrimonio marítimo gallego. Este buque histórico, construido entre 1963 y 1966 y reconvertido en museo flotante, necesita manos voluntarias para mantener viva su centenaria máquina de vapor y su estructura de madera. La Fundación Traslatio, actual gestora del barco, ha lanzado una convocatoria para reclutar voluntarios que quieran sumarse a esta labor de conservación, ofreciendo a cambio alojamiento a bordo, formación práctica y una experiencia única en contacto con la historia naval.
Un tesoro marítimo con historia
El Hidria Segundo, atracado en el muelle de Portocultura, es mucho más que un barco: es un testimonio vivo de la era del vapor. Construido en el desaparecido astillero José Roberto e Hijos en Teis, entre 1963 y 1966, este buque fue diseñado originalmente como aljibe para suministrar agua de manantial a mercantes, transatlánticos y pesqueros en la ría de Vigo. Su maquinaria de vapor, una joya de triple expansión fabricada en 1910, proviene de su predecesor, el Hidria, que operó desde 1922 hasta su hundimiento en 1959.
Tras la quiebra de la empresa Aljibes de Vigo en 1994, el Hidria Segundo fue abandonado y estuvo a punto de ser desguazado. Sin embargo, en 1997, Jacobo Costas y Sesé Otero lo rescataron del desguace en Punta Lagoa, iniciando una ardua restauración que culminó en 2005. Desde entonces, el barco ha navegado como museo flotante, ofreciendo visitas guiadas, travesías por la ría y talleres educativos. El pasado 11 de octubr, su máquina de vapor volvió a encenderse tras 11 años de silencio, un hito que reafirma su valor histórico.
Hoy, este buque museo busca voluntarios para garantizar su conservación y seguir navegando como emblema de la historia marítima gallega.
Voluntarios para un proyecto único
La Fundación Traslatio, que gestiona el Hidria Segundo desde 2022, ha abierto una convocatoria para voluntarios en redes sociales y plataformas de voluntariado europeas, como Workaway. No se requiere experiencia previa, solo entusiasmo por aprender y contribuir a la preservación de un patrimonio único. A cambio de cuatro horas de trabajo diarias, los voluntarios reciben alojamiento a bordo, formación práctica en mantenimiento naval y la oportunidad de participar en actividades como travesías por la ría, talleres culturales y visitas a la playa en bicicletas proporcionadas por la fundación.
«É algo necesario e fundamental. Un barco deste tamaño e histórico, sen un programa de voluntariados, é inviable mantelo anualmente», explica Celso González, director de la Fundación Traslatio. Las tareas incluyen desde el mantenimiento de la maquinaria de vapor hasta la limpieza y el orden del buque, pasando por trabajos de carpintería y pintura.
La fundación también organiza eventos para los voluntarios, como salidas a navegar y actividades recreativas, para que la experiencia no se limite al trabajo. «Facémoslles actividades para que non vexan que só veñen traballar. Dámoslle aloxamento no barco, dámoslles bicis por se queren ir á praia…», añade González. Este enfoque busca atraer a personas de toda Europa, ofreciendo una experiencia educativa y cultural en un entorno privilegiado.
La conservación del Hidria Segundo, un desafío constante
La restauración del Hidria Segundo es un desafío continuo debido a su estructura de madera y su maquinaria centenaria. En marzo de este mismo año, el buque fue trasladado a los Astilleros Cardama en Vigo para una puesta a punto integral, que incluyó la revisión de su motor de vapor, limpieza y mejoras estructurales. Estas labores son esenciales para garantizar su operatividad como museo flotante y espacio para eventos, como congresos y jornadas culturales, que forman parte de su misión actual.
El barco, que puede alcanzar los 7 nudos gracias a su motor de 177 caballos, tiene capacidad para 120 pasajeros y cuenta con espacios renovados, como una biblioteca y un salón. Sin embargo, la falta de apoyo institucional ha sido un obstáculo recurrente. Afortunadamente, la Fundación Traslatio asumió la gestión del buque, asegurando su continuidad en Vigo y su rol como estandarte cultural.
Un museo flotante para las nuevas generaciones
El Hidria Segundo no es solo un barco, sino un puente hacia el pasado marítimo de Galicia. Amarrado en el muelle de Portocultura, el buque ofrece visitas guiadas, experiencias teatralizadas y travesías por la ría de Vigo. Su máquina de vapor, una joya de la ingeniería nava, permite a los visitantes experimentar la navegación a vapor, una tecnología casi extinta en el mundo moderno. Además, el barco sirve como centro de formación náutica y espacio para eventos culturales, en colaboración con la Fundación Traslatio, organizadora de la ruta Xacobea Iacobus Maris.
La convocatoria de voluntarios es un paso crucial para garantizar que el Hidria Segundo siga siendo un recurso educativo y turístico de primer nivel. «A conservación do Hidria Segundo é clave para preservar a memoria da navegación a vapor en Galicia», señalan desde la fundación. En las próximas semanas, el buque volverá a navegar por la ría, ofreciendo paseos y actividades que conectan a los visitantes con la rica herencia marítima de Vigo.
Cómo participar en la aventura del Hidria Segundo
La Fundación Traslatio invita a cualquier persona interesada a unirse al programa de voluntariado a través de su página web o plataformas como Workaway. Los donativos recaudados durante las visitas guiadas son fundamentales para el mantenimiento del buque, pero el trabajo de los voluntarios es el corazón de este proyecto.
El Hidria Segundo, con su imponente máquina de vapor y su historia de resistencia, espera a voluntarios dispuestos a mantener viva la última reliquia de la navegación a vapor en la Península Ibérica. Una experiencia inolvidable aguarda en la ría de Vigo.