A estas alturas, y cuando falta menos de un mes para que sea obligatorio llevarla siempre en la guantera del coche, la baliza V-16 casi no tiene secretos para nadie de tanto que se ha escrito y hablado de ella en las últimas semanas. Conocemos su precio, su tamaño y hasta cómo ilumina. Y conocemos también a sus creadores: los gallegos Jorge Torre y Jorge Costas, el primero de los cuales ya tuvo la amabilidad de atender a este periódico hace ya diez días.
Sin embargo, un elemento menos conocido de la historia de la baliza y de estos dos Jorges, uno de Ourense, el otro de Vigo, es que parte de su éxito se lo deben, en cierto modo, al Consorcio de la Zona Franca de Vigo.
Porque la historia de la baliza comienza a despegar con la creación de una empresa que decidieron llamar Netun Solutions, la cual parte de la aceleradora Vía Galicia de Zona Franca, esa aceleradora de carácter generalista que acoge proyectos innovadores, independientemente del sector del que procedan, a cuyo servicio pone expertos en diferentes áreas para que esas empresas despeguen y crezcan.

Netun Solutions es una de esas empresas. La idea original, con la que empezaron a trabajar Jorge Torre y Jorge Costas, era crear productos para señalizar los accidentes, pero ni de lejos poseían la conectividad de las balizas que llevaremos todos en el coche desde enero. En muy pocos años, y VíaGalicia va ahora por su octava edición, es enorme el camino que ha desarrollado la tecnología, de modo que las idea inicial fue cambiando hasta lo que todos conocemos hoy.
Mejor que los triángulos
No es poca la gente que no se ha tomado demasiado bien la obligatoriedad de la baliza que impone la DGT. A nadie lo gusta que le obliguen a gasta dinero en una baliza cuando no hace tanto la obligación fue la de comprar triángulos y chalecos reflectantes. Pero según estos emprendedores, entre una y otra forma de señalización no hay color.
Ellos lo tuvieron claro desde el principio, sobre todo para las personas para las que idearon la baliza: «Cuando empezamos, la idea no era ser un producto obligatorio, ni mucho menos, sino hacer una baliza para personas con movilidad reducida, para las cuales no era viable poner los triángulos», han reivindicado en una entrevista concedida a Europa Press.
Por eso no presentaron su idea a la DGT, sino a las asociaciones de víctimas, y fueron estas las que se pusieron en contacto con aquella, como explicó en su momento Jorge Torre a Vigoé.
Creen que una baliza es «indudablemente mejor» que un triángulo para todos los conductores, ya que «muchas veces la gente no pone el triángulo porque se queda paralizada», y además, salir del coche para colocarlo no es lo más seguro.
Riesgos
La famosa baliza ha generado muchos debates y no pocas exageraciones o incluso bulos. En primer lugar por la conectividad de las balizas, capaces, a diferencia de los triángulos, de alertar de la ubicación del vehículo con la baliza encendida para que el resto de vehículos estén prevenidos antes de encontrarse con él en el arcén.
El dispositivo manda la alerta a la DGT para ayudar a otros conductores, pero esto no compromete la intimidad de los usuarios, ya que la baliza no va ligada ni a un coche ni a una persona concreta. Además, solo lanza la señal si está encendida, lo cual sucederá muy esporádicamente, ya que no hay pila que aguante la baliza permanentemente encendida. eso quiere decir que la ubicación de los conductores no será monitoreada, como se ha llegado a decir.
Una baliza homologada, para cuya comercialización están ya autorizadas unas 250 empresas, durará unos doce años de duración, y no están ligadas a una tarjeta de crédito ni a una matrícula concreta, como se ha dicho también.
Una vez encendida, tarda unos 100 o 120 segundos en enviar el primer dato de ubicación, para evitar así avisos erróneos de personas que la encienden para probarla. .






















